Darinka Rodríguez y Nicolás Esperante en LETRA FRÍA y BIODIVERSIDADLA cuentan la experiencia refresante de un municipio mexicano, que apuesta por la agroecología. Un ejemplo a seguir, como dice Federico Aguilera Klink, que señala el asunto. Y yo, Chema Tante, llamo la atención sobre el aspecto importantísimo que tiene el proyecto mexicano. No se trata solamente de producir alimentos sanos y ecológicos, sino también de la soberanía alimentaria local. Consumir a diario en cada sitio lo que en cada sitio se produce. El sistema Milpa, de producción local combinada. Romper con la estupidez de comer productos transportados miles de millas, en frío o congelación. Una estupidez, digo, económica y para la salud, pero muy beneficiosa para los intereses empresariales. Las empresas de macroproducción, que venden soluciones para los problemas que ellas mismas crean.