Francisco Morote, de ATTAC Canarias repesca este artículo publicado en EL DIARIO, firmado por Moha Gerehou. Un texto al que ni estos cuatro meses, ni muchos más, por desgracia,.no salvan de su tremenda gravedad. Por que el grado de la putrefacción que invade los círculos de poder, en los estados miembros y en la cúpula de la Unión Europea es la gran explicación de los desastres de la economía y de los sufrimientos a que se ven condenadas grandes masas de población. Porque es imposible que funcione bien una economía, unas economías timoneadas, no en fucnión de los vientos rreales, sino de los vientos que convienen a las grandes empresas y fortunas, que oagan luego fastuosamente a la hedionda gente mercenaria llos servicios prestados. Gerehou escribe sobre lo que se ha llamado "puertas giratorias", que no es sino uno de los pagos de la acción venal.

En efecto, necesaria y yo diría que hasta obligada, es la reflexión que propone Rumen Sosa desde TAMAIMOS. Dice mucho de la desgracia de un pueblo comprobar el desprecio, los ataques que sufren su cultura y su identidad. En todos los órdenes, desde las manifestaciones artísticas o el desborrifamiento de lo poco que queda de nuestra habla o en algo que habíamos avanzado, en los nombres inspirados en el pasado prehispánico. Identificar a las niñas y los niños con nombres tan bonitos y significativos como Acerina, Dácil, Naira, Ayose, May o Jonay, es una estupenda manera de iniciar el arraigamiento cultural de la persona. Pero la domincaicón trascultural, apoyándose en la tremenda pazguatería malinche, se ha ocupado de descalificar esta iniciativa. Sí, se trata de una reflexión imprescindible.

En ABC o EL MUNDO, informaciones sobre el apoyo de Ada Colau a la propusta de ERC de suprimir nombres borbónicos de las calles.