Marisa Kohan en PÚBLICO se ocupa de este controvertido asunto que yo, Chema Tante, confieso que me aturde y me angustia, porque se trata de cuestión muy grave para muchas personas. Pienso que es preciso encontrar el punto medio entre los derechos de unas personas que se encuentran en un cuerpo que no se ajusta a su personalidad y la precaución cuando se adopten decisiones personales irreversibles.
Román Rodríguez censura este "irresponsable" procedimiento legislativo por generar una importante inseguridad jurídica y alejar a los inversores
A partir de la Revolución Francesa, se entiende como un principio básico de la democracia, la igualdad de los ciudadanos y ciudadanas ante la ley; probablemente a la fecha, más del 90% de las constituciones de los diferentes Estados reconocen este principio. Si, a partir de ello entendemos éste como un parámetro importante para determinar qué tan democrático es un Estado, debemos afirmar categóricamente que el Estado español no lo es, o que al menos, en el territorio de Hego Euskal Herria, las leyes de excepción con que se castiga a la población vasca rompen con la idea fundamental de igualdad ante la ley. El reciente caso de Altsasu, es una clara prueba de ello.
Toda lengua que no evoluciona está condenada a su desaparición.
El atinado juego infinitivo-reflexivo que hace Enrique Bethencourt en el inicio de este artículo en su LA TIRADERA, resume a la perfección el tema que aborda. En efecto, el partido llamado popular se dispone a conceder(se) mayoría absoluta, aprovechándose de una triple circunstancia: la infecta normativa electoral, la ominosa disoersión de la izquierda y la culpable omisión al deber ciudadano que perpetran quienes se abstienen.
A pesar que Canarias es, sin duda alguna, el mejor paraíso mundial para desarrollar las energías ecológicas y renovables, aún estamos en pañales debido a la contumaz política de la "cultura de la miseria" y las sistemáticas charcas zancadillas -disfrazadas de normas y leyes injustas- con que sistemáticamente nos castiga el sistema colonial que padecemos, a nuestra lógica y justa diversificación económica, la que con muchos esfuerzos buscan los indígenas "canarinhos".
Carmen Hernández aboga por garantizar los cuidados paliativos, establecer el derecho a la atención sanitaria en el domicilio y prohibir la “obstinación” terapéutica