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Uno, son dos, pero complementarios e inseparables, artículo de Antonio Turiel en THE OIL CRASH, que recomienda Federico Aguilera Klink. Y yo, Chema Tante, agrego que aunque, como bien dice el autor, la lectura es un poco árida, es preciso hacerla, porque contiene varios elementos de reflexión sobre la coyuntura covid-19. Esta segunda parte -y las que quedan- de la dichosa pandemia saca a la luz más miserias de las que infectan esta sociedad. Destacaré dos, que ya yo he apuntado varias veces: Uno que, aunque el ataque del coronavirus no haya sido provocado, es obvio que está siendo alevosamente aprovechado por quienes siempre están prestos a arrimar la candela a su cochino y dos, que la oligarquía neoliberal ya ha hecho sus números y ha comprobado que la covid-19, que seguirá y seguirá por un tiempo imposible de establecer, puede tener para sus economías un efecto paradójicamente salutífero: Ofrece buenas oportunidades de negocio y proporciona un drenaje de población que al capitalismo siempre le viene bien. Será duro, pero es la realidad. Es lo que explica el empeño en seguir, como dice Turiel con el BAU (business as usual) muera cuanta gente muera, se enferme y sufra cuanta gente enferme y sufra, especialmente, porque la gente rica tiene menos problemas con esto. Siempre habrá respiradores y paliativos disponibles en la sanidad privada.