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En artículo que señala Francisco Morote, de Attac Canarias, en CUARTO PODER, Pol Carrión i Huguet se apoya en un artículo de EMERALD INSIGTH, un informe de CCOO, otro del Banco de España, otro del FMI, datos de EUROSTAT, un artículo del profesor Henrik Jacobsen, de la LSE, para construir un sólido argumentario en defensa de la equidad y la disciplina fiscales. Y eso que a Carrión i Huguet el rigor de los datos objetivos el obligan a quedarse corto. Pero yo, Chema Tante, que soy un botarate y me siento libre para largar ideas sin base documental, invito a cavilar sobre la tremenda cantidad de dinero que podría integrar los presupuestos públicos si, además de que aflorara la economía sumergida y se reprimiera el delito tributario, se impusiera la justicia fiscal y las grandes empresas y fortunas tuvieran que aportar lo que les corresponde... Lo de Escandinavia sería una bobería. En todo caso, Carrión i Huguet concluye con una reflexión muy válida: el problema es la conciencia social y la carencia de un sistema fiscal progresivo. Tan sencillo como es, pero tan complicado, para aplicarlo. Es el neoliberalismo, amigo. Y por cierto que no me quedaré sin añadir que la gente enterada que se empeña en decir que el soberanismo catalán es obra de cuatro ricachones deberían examinar las tesis de la gente republicana y soberanista, pero de izquierda, como Pol Carrión, que aboga por la justicia social y la equidad fiscal.