Francisco Morote de Attac Canarias recomienda este artículo y aporta el antetítulo. Y yo, Chema Tante, digo que lo importante de esta iniciativa, que ya ha sido tratada en La casa de mi tía, es que responde a la convicción de derrota en la OTAN. Como indica la propia pregunta retórica formulada por Morote, el Imperio sabe que ha perdido la guerra en Ucrania. Pero hay más: Aunque la OTAN intente salvar los muebles, cediendo lo que ya ha perdido a cambio de que Rusia acepte que se incumpla lo acordado en materia de ampliación hacia el este de la Organización del Tratado de Agresión, eso no va a ocurrir. Rusia alcanzó sus objetivos, liberar los territorios de etnia rusa maltratada por Kiev y recuperar Crimea, que es y siempre ha sidfo rusa y solamente se adscribió a Ucrania en virtud de una decisión en 1954 de Kruschev por conveniencias administrativas. Rusia tiene lo que quería y ahora no va a condicionar lo obtenido a asumir que aumente el peligro de la presencia de OTAN en su frontera. De salida realista, nada. Simplemente, otra burda trampa más.
Firmas
consecuencias impredecibles para la unidad occidental
Federico Aguilera Klink recupera este texto de 2015 que ayuda a entender la situación en Siria y los actuales ebfrentamientos entre Occidente y el resto del mundo, con este ejemplo, uno más, de como se tergiversan y calumnian los gobiernos que no interesan, intentando desestabilizarlos con supuestas revoluciones internas azuzadas desde el Imperio