Hay pedorretas virtuales y reales. De las reales, las que más daño hacen, son las económicas. Desde Cataluña le están metiendo dos, una de cada naturaleza, a Rajoy. Por una parte, el acuerdo entre CiU y Esquerra para convocar el referéndum soberanista en 2014. Una montada más simbólica que otra cosa, porque ambos acordantes ya se reconocen el derecho de posponer la cosa, lo que probablemente harán, si las perspectivas no les favorecen. Pero la segunda montada de Mas no es alegórica, sino real, muy real, física. Tanto como que hay dinero por medio. La tasa autonómica a los depósitos bancarios, para la que la hiena montoresa se creía que había puesto maquiavélico remedio. Pero que ahora Mas abre la puerta a que el estado tenga que pagar una indemnización de aquí te espero. 
Al final, todos los pueblos que sufrimos las consecuencias de estar en el estado español terminaremos pagando un impuesto que le correspondía pagar a la banca. Qué bonito.