El último capítulo de la opereta protagonizada por la familia del Jefe del Estado que dejó Franco parece salido de la mente de los Álvarez Quintero. El préstamo que no se paga o la donación que se enmascara. Esa es la cuestión. Esa, y que se trata de un montón de dinero.

A mí nadie me saca la idea de que un tipo que reune esas perras en un día, con tanta facilidad, es que ha hecho el dinero de manera sospechosa. Porque nadie va a pensar que el hombre se queda en la miseria. En la calle, pero pidiendo o buscando la comida en la basura. Y la historia poética de amigos y familiares reuniendo los millones a escote, que la compre quien se la crea.

Pero, además, siempre he pensado que esto de las fianzas es el summun de la injusticia. Es la culminación del ideal fascista de la ley del más fuerte. Si tienes dinero, no importa de dónde lo hayas sacado, te vas para tu casa. Si no lo tienes, porque has sido honrado o no has tenido oportunidad para el saqueo, te pudres en la cárcel.