Con honrosas excepciones, que la propia institución no duda en neutralizar, el ejército español mantiene intactas sus esencias franquistas. Es el mismo ejército que se alzó contra un gobierno legal, arrollando una Constitución legítima y que mantuvo a un dictador que puverizó, sin que hayan podido recuperarse todavía, la democracia en el estado español. Es un ejército que, en lo sustancial, se ha quedado anclado en 1936 y de ahí no hay quien lo mueva. Para muestra, este clarito botón que supone la crónica de Danilo Albin y que señala en PÚBLICO el coherente veterano militante socialista, Antonio Aguado. El tema, las soflamas propias de lo que es, que larga el general retirado Emilio Pérez Alamán.
La gestión de la constructora en Emmasa es cuestionable y su intervención por parte del Ayuntamiento de Santa Cruz está a la espera del dictamen del Consejo Consultivo