Solamente veo que el heroico SAN BORONDÓN o UNIVERSO CANARIO le conceden en Canarias la debida importancia a una de las claves determinantes del deterioro económico y social que sufrimos. El pésimo negocio que hace el sector de producción alimentaria canaria. La explotación sin piedad con que la distribución cruje a los agricultores y agricultoras de las islas. El margen comercial razonable en una actividad no debe superar el 50%. Y eso ya es ser extremadamente generoso. Por tanto, que el sector primario soporte una carga del 230% es una auténtica barbaridad. Imagínense ustedes que ese margen descendiera, tanto por un extremo como por el otro. Imagínense que consumo y producción se repartieran ese 180% de exceso con que la distribución esquilma a los productos canarios. Los precios al detalle, podrían bajar a la mitad; la remuneración a los campesinos y las campesinas, podría subir al doble. ¿Qué significa esto? Que, por ejemplo, las empresas turísticas no tendrían justificación para atender, como hacen ahora, a sus clientes con el 95% de alimentos importados. Y que, por otro ejemplo, más y más gente podría incorporarse a una actividad agroalimentaria rentable y el paro descendería y la actividad económica general gozaría de un incremento enorme, por la demanda que se generaría con el mayor empleo. Y no hablemos de los beneficios que brinda siempre la actividad agroganadera al territorio, al medio ambiente, a la identidad, que debería preocupar más a un gentuallo que se dice nacionalista. Todo eso no ocurre, simplemente, porque Paulino y José Miguel y las bandas que les secundan no tienen la capacidad o la voluntad de poner orden en el sector de producción y alimentos en Canarias. La solución se llama GMR de Canarias. Pero GMR de Canarias es el problema.

Las desgracias sobrevenidas por las gracias de la horda ultraliberal, en Canarias tenemos nuestras desgracias estructurales, causadas por la desastrosa gestión coalicionera. Una de ellas, de las más graves, de las mças detestables en un gobierno que se llama nacionalista es el caos en la distribución alimentaria local