Entre aristócratas y proletariado socialista - por Nicolás Guerra Aguiar
Pacífica revolución interna la que se produjo en el PSOE la noche del domingo pasado. El triunfo del señor Sánchez sobre el aparato del Partido y la candidata de los acomodados inmovilistas significa que el poder retorna –acaso como utopía- a sus propietarios. Las palabras de la señora Díaz (“Pedro, jamás has ganado unas elecciones”) se volvieron simbólicamente contra la princesa mora cual flechas de fe y saetas de esperanza, imágenes de Gerardo Diego para referirse poéticamente al enhiesto ciprés del monasterio de Silos, surtidor de sombra y sueño.