Se quebró el gánigo de Guahedun: ¿Se quebrará la unidad de los Eurotánicos? - por Maribel Santana

Una y otra vez, todos los días, aparecen las pruebas de la malvada acción neoliberal, de la monumental estafa que bancos y gobiernos felones han montado, con el único objetivo de reducir a la miseria a las personas, para que las clases opulentas dispongan de mano de obra barata y sumisa que les sirvan, les limpien sus mierdas, les trabajen y les den placer, a cambio de dalarios de hambruna. En esta entrevistan que le hace en EL SALTO Ter García a Manuel Gabarre, del Observatorio CODE y autor de Tocar fondo: la mano invisible detrás de la subida del alquiler (Traficantes de Sueños, 2019), puede comprobarse la operación que se hizo con la vivienda, que concluyó con más enriquecimiento para la gente rica al tiempo que se arrojaba a la gente pobre a la calle manu militari. Y lo diré de nuevo. Ya lo sabíamos, pero cada vez que se leen estas cosas, se llena el alma de amargura y melancolía. ¿Nunca tendrán fin estas miserias?
Julián Ayala recomienda este artículo en CUARTO PODER, en el que Alejandro Inurrieta llama la atención sobre un elemento teórico capital, en el asunto de las pensiones públicas. El error de pretender que el sistema de pensiones se autosostenga con las cotizaciones. La única fórmula lógica y justa en este asunto es la que incluye las pensiones en el presupuesto, de manera que el pago sea asegurado con impuestos. En estos momentos, la estupidez neoliberal, que ha llevado al fracaso a todo el armazón financiero del estado, no solamente cubre los pagos de la Seguridad Social, sino que lo ha llevado al esperpento actual, en el que el estado recurre a los fondos de reserva de esta Seguridad Social, para apalanca gasto corriente. Esto conduce a la reflexión suprema: la aplicación del tan manido como falso axioma de que reducir carga fiscal anima la economía y a la larga aumenta la recaudación tributaria, ha desembocado en la penuria financiera.