Una de las satisfacciones, ácida pero consoladora, de mi brega es el poder comentar y elogiar textos como este que publica en SOMOS NADIE y también en LA GUANCHA, Carmen María Sosa Rodríguez . jefa del Departamento de Filosofía del IES Pablo Montesino de Las Palmas de Gran Canaria, pero, sobre todo, profesora,. 

El escritor y viajero tinerfeño presenta su libro ‘Caminos de agua’ con el periodista Eduardo García Rojas en el Festival Periplo

 Hubo un año en la vida de Federico García Lorca -1910- en el cual los ojos de aquel niño de doce quedaron impactados ya no solo por lo que vio –el hocico del toro, la blanca pared donde orinaban las niñas, los tejados del amor- sino, además, por lo que no vio: entierros, madrugadores llantos a causa de “feria de ceniza”: es el Surrealismo, o Suprarrealismo, o Sobrerrealismo, una de las cuatro etapas en que, por cuestiones pedagógicas,  se encasilla al Vanguardismo. Y como tal, no se trata de un simple movimiento estético, una pose, una renovación respecto a lo anterior: será una revolución. Por tanto, intentará liberarse de la represión que sobre el hombre ejerce la sociedad (Marx) y defenderá, además, la búsqueda, análisis y estudio de todo lo que el ser humano ha ido almacenando en el subconsciente y allí quedó olvidado (Freud), mas no perdido. El psicoanálisis se convertirá en un imprescindible elemento para que recuerdos infantiles, impresiones negativas o positivas, afloren a través de la introspección, observación interior de los propios actos o estados de ánimo o de conciencia...

Los clásicos continúan entre nosotros, quizás porque son los mejores intérpretes de la condición humana...