NO INCINERACIÓN TENERIFE trata de lo que yo ChemaTante no dudo en calificar como otro más de los muchos y grandes negocios fraudulentos que se perpetran en estas desgraciadas islas. El Tranvíade Tenerife, una idea que no por ser brillante es menos escandalosa. El movimiento de personas en la zona metropolitana Santa Cruz Laguna es muy abundante y se servía, mal que bien, con guaguas. En lugar de acometer un proyecto coherente de racionalización, lo que se hizo fue elioinar las guaguas para construir un tranvía, con una obra gigantesca que ha partido en dos la ciudad chicharrera generando un caos en el tráfico. La razón siempre es la misma. Busca la pasta. El tranvía significa ingeniería y cemento. Y quien dude de que en Canarias no hay ingeniería y cemento con dinero público sin que la misma tropa desalmada se lucre, es un ingenuo. Resultado: Mucha gente que antes viajaba en guagua, ahora lo hace en tranvía, otra, incluyendo buena parte del alumnado de la ULL,  ha optado por el coche privado. La circulación en la zona es una locura. El coste por la operación deficitaria del tranvía, que pesa sobre el erario, es muy superior a la que hubiera sido con la guagua. Un transporte no ecológico, porque la energía que lo mueve sigue obteniéndose con fósiles.  Pero los servidores de la patria vieron crecer sus patrimonios. Las campañas de intoxicación mercenaria, mantienen sus triunfalistas mentiras. Y quienes no nos callamos, y bastante nos hacen pagar por ello, seguimos sin callarnos. Esto es una estafa.

NO INCINERACIÓN TENERIFE ofrece este estudio comparativo de tarifas entre el tranvía Santa Cruz - La Laguna y la guagua. Con el olvido popular es siempre grande, haya que recordar el l tamaño de esta estafa, otra estrella más en la constelación de granujadas de la historia política y económica de las islas. Desde su inicio, toda mente pensante isleña comprendió que ese proyecto del tranvía era inconveniente. No supone ningún beneficio medioambiental, porque la energía que consume se sigue generando quemando fósiles, destroza el territorio, ha generado un caos circulatorio en la ciudad, obligando al tráfico a dar rodeos y vueltas, con más consumo de combustible y no se justifica, existiendo un servicio de guaguas que podía ser tan eficiente como pudiera ser el transporte guiado. Pero Melchior y la banda sinvergüenza que gobierna Canarias se empeñaron en plantificar ese ranvía, por motivos que quien se detenga a reflexionar entenderá con tanta facilidad como yo. Se trata de 20%, de terrenos a revalorar, a favores que mercachiflar, en beneficios particulares. Y, desde entonces, nos han venido restregando por los besos el supuesto éxito del tramposo tranvía. Ocultando que tal éxito se debe a que le han liberado de la competencia de la guagua. Lo cierto es que quien toma el tranvía es quien antes tomaba la guagua, que quien iba en coche, sigue yendo en coche. Y que el tranvía acumula una deuda ingente. Pero las cuentas de la gente que gobierna están bien gordas, eso sí.  

Tras el 8M. Vivienda. Ley de Islas Verdes. Alquiler vacacional. Muvisa. Subvención al agua de riego. Huelga del tranvía. Termitas. Inspección y análisis de los contenidos de laPrensa Canaria del 9 de marzo, por Domingo Méndez

  Ramón Trujillo, concejal de Izquierda Unida Canaria (IUC) en Santa Cruz de Tenerife, afirma que el tranvía es un modo de transporte público de calidad y más sostenible que otros. Sin embargo, once años después de su introducción en el área metropolitana, vemos que el balance global del transporte público colectivo en Tenerife, tranvía y guaguas, dista de ser positivo porque hoy tiene menos viajeros que en 2004.

Arcila sostiene que “Metropolitano debe pagar esa tasa, tal como concluyó el propio ayuntamiento en un informe elaborado en 2010” y recuerda que, aparte de los ingresos que se generarían de aplicarse la tasa, el consistorio aún puede exigir el pago de más de cinco millones de euros correspondientes a los últimos cuatro años.

La decisión entre el metroguagua (versión canaria del BRT, sistema de autobús de tránsito rápido, Bus Rapid Transit en inglés) y el tranvía, es un claro indicador del grado de lógica o de codicia venal en las estrategias políticas.