A TUI y a Yaiza casimira no les importa quién y cuánta gente se muera o entuben o pierda el empleo en Canarias - por Chema Tante
Lamentablemente, si alguien sabe de turismo son los grandes touroperadores. Digo lamentablemente, porque, como quienes dirigen el turismo desde la parte receptiva, en gobiernos o empresas son, sin excepción toletes o toletas de solemnidad, el negocio se lo llevan los gigantes multinacionales, las empresazas. Canarias es un ejemplo rotundo de esta realidad. Y ahora, quienes saben de turismo están empezando a advertir de algo que quienes tenemos la cabeza en su sitio venimos gritando desde siempre: que el turismo tiene un límite. Un margen que en el caso de Canarias es mucho más estrecho, por tratarse de un territorio reducido, aislado, alejado y frágil. Que en Canarias, mucho más que en España, el turismo debe ser más que contenido, achicado drásticamente, a un tercio de la oferta actual, es una verdad que solamente pueden negar quienes tienen cemento en el semblante, una cartera en el corazón y una calculadora en el cerebro. Este reportaje que señala Alejandro Floría Cortes en TOURINEWS relata la escabrosa situación turística en el estado español, pero que es absolutamente proyectable al escenario canario. La velillada en los gobiernos y las empresas locales (y también en los sindicatos) y la lógica en las empresazas que, en su rapacidad, tienen que reconocer que esto no puede seguir así.
El Gobierno -es decir, el círculo de empresarios- a través de su presidente, defienden la disolución de la COTMAC, pero es exclusivamente este círculo quién está interesado en dicho cambio.
Este acuerdo favorecerá la imagen de Gran Canaria que se muestra como un destino cultural y no solamente de sol y playa
Lanzan al vuelo las campanas, porque once hoteles canarios aparecen entre los cien mejor clasificados en la encuesta de satisfacción de clientes que hace TUI todos los años. Bueno fuera. Pero solamente son once.
Ahora están en La Palma con el alma en vilo, ante el anuncio de que TUI abandona la isla. Es nuestro sino, condenados a depender de los internediarios.