Fran Serrato en THE OBJECTIVE denuncia esta nueva evidencia de el gobierno del estado español une a la indecencia política la crueldad innecesaria
Branko Marcetic en JACOBIN y CTXT escribe sobre SOBERANA, la vacuna del pueblo cubano. El artículo que recomienda el coherente veterano militantes socialista Antonio Aguado viene a confirmar el que publicó La casa de mi tía hace unos días, firmado por Arturo Borges. En todo caso, digo yo, Chema Tante, habrá que extraer varias conclusiones. La primera, lo que pasa cuando sectores vitales no sonb entregados a las garras de las codiciosas empresas privadas. Y lo que pasa cuando un pueblo vuelve a mostrar su solidaridad internacionalista. Cuna está vendiendo a precios bajos su vacuna a multitud de países famélicos. Cuna está haciendo por la lucha contra la pandemia lo que no hacen los gobiernos neoliberales.
RT informa sobre los datos objetivos publicado por PUBLIC CITIZEN, que demuestran el poder chantajista que aplica Pfizer con su vacuna que, no se olvide, desarrolló con dinero público pero que utiliza en su propio y exclusivo provecho. Lo mismo que las dem´sa, lo mismo que todas las multinacionales. Lo señela Federico Aguilera Klink y él y yo lo comentamos
LA VANGUARDIA y David Brooks en LA JORNADA informan sobre esta iniciatriva de millones de personas, encabezadas por gente relevante, que le piden a Biden algo tan obvio como reconocer que la salud no `puede ser un negocio. Lo señala Francisco Morote, de Attac Canarias y yo, Chema Tante, añado que entre las muchas enseñanzas no asumidas de la Pandemia no es la menor la constatación de que el egísmo y la codicia no han mermado.
Boaventura de Sousa Santos en ALAI y NUEVA TRIBUNA, en traducción de Antoni Aguiló y José Luis Exeni Rodríguez, reflexiona sobre las contradicciones, una vez más, entre lo que dicen los gobiernos, con sus mensajes humanitarios, y lo que hacen, con el ejemplo e la mercantilización de lo que debería ser un derecho universal, el derecho a inmunizarse contra la plaga bíblica. Lo recomienda Francisco Morote, de Attac Canarias