Glorioso artículo en CRÓNICAS DE LANZAROTE de Daisy Villalba, trabajadora social tenía que ser, que pone las cosas muy claras, respecto a la migración en general y a las y los menores sin compañía. A la tropilla, porque es escasa, aunque arme mucha bulla, que calumnia y acosa a la gente migrante, Villalba les hace una propuesta clara y directa, como suele hacer la gente de su oficio. Que no pongan etiquetas, que miren y escuchen y sientan a estas personas. Porque ese es el problema. La banda desaprensiva que miente sobre la migración, que llega hasta a declarar huelgas de hambre, aunque luego no aguantan ni tres horas, pidiendo que se maltrate y se lance a la mar a personas indefensas, no se han enterado de que son eso, personas. Seres humanos con derechos. Lo digo yo, Chema Tante, para que se entere El Perreta conejero, master en odio y mentira.

Como todas las personas que luchamos con esfuerzo y sufrimiento contra las mentiras vertidas para justificar la animalada venal del Puerto de Granadilla, Eustaquio Villalba, de ATAN, se llena con toda justicia la boca cuando ahora se comprueba cuánta razón teníamos y seguimos teniendo. Las empresas navieras, no vienen al Puerto de Granadilla, las de reparación de buques, se niegan a instalarse ahí. Porque ese puerto es inoperable, como decíamos ayer y recordamos hoy. La operación de construcción de un macromuelle, destrozando territorios, fauna y flora y estallando perras públicas no ha servido nada más que para engrosar la riqueza de la insalla corrupta de siempre. Pero ahí está el puerto, lo sebadales desaparecidos, el litoral sepultado bajo el cemento. El artículo DE Eustaquio Villalba, ATTAN, en EL DIARIO CANARIAS AHORA, es un grito de frustración.

Ojito con esta acusación más que añade Eustaquio Villalba desde EL DIARIO CANARIAS AHORA, de descoordinación patente, por no decir contradicción, entre la viceconsejera de Medio Ambiente y la presidenta del Observatorio Ambiental del Puerto de Granadilla (OAG). Un hecho singularmente grave, porque se trata de la mima persona.