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jueves, 16 de mayo de 2024 10:26h.

Historias de la Plataforma

Hoy ya hemos empezado en la Plataforma por la Dignidad a repartir en Taucho parte de la comida de la impresionante colecta solidaria que hicieron este fin de semana los del FRENTE BLANQUIAZUL. Son gente increíble y lo están demostrando...

Hoy ya hemos empezado en la Plataforma por la Dignidad a repartir en Taucho parte de la comida de la impresionante colecta solidaria que hicieron este fin de semana los del FRENTE BLANQUIAZUL. Son gente increíble y lo están demostrando. Aquí todos del Tenerife en adelante, por si alguno no lo era ya, y encima cada vez que organizan una colecta va y gana el Tenerife, pues mejor que mejor. Peo no es de esto de lo que quería hablaros, aunque también, porque es mucha la comida que han traído la gente del Tenerife. Quería hablaros de las historias que nos llegan a la Plataforma, tan dramática, y a veces ejemplos puros de humildad y de lucha que dejan a uno sin palabras.

Y es que esta tarde llamé a una madre a la que hemos ayudado ya unas cuantas veces de distinta forma, para que viniera a Taucho a por comida. Ella vive con su pareja y sus hijos en una casa ocupada, no tiene ingresos, como tanta gente, pero no va a pedir ayuda a los servicios sociales por miedo a que le quiten a sus hijos, cosa que harían seguro si supieran que vive en una casa ocupada. Pero ella, a diferencia de otras muchas madres, no acostumbra a pedirnos ayuda, si no la llamamos para avisarla, es muy humilde y agradecida, y no para nunca buscando aquí y allá cómo tirar palante de su familia. Hoy cuando la llamé iba caminando con su hija desde su casa en La Laguna hasta el centro de Santa Cruz, una tirada larga, iba con dulces para vender, le gana 10 céntimos a cada dulce, y eso si los vende todos, si no, le pierde. También iba a vender óvulos a una clínica, a sacárselos, para que alguna mujer pueda tener hijos algún día, le pagan por ello, aunque es doloroso, y no es bueno para la salud, pero es la única manera que tiene de llevar algo a casa para sus hijos, para comprarle algo por reyes, me decía. La cosa es que no podía venir a por comida a Taucho porque no tenía como venir. No tenía ni para volver con su hija a su casa si no vendía algunos dulces. Entonces decidí ir a buscarla y llevarle la comida. Me esperó en Santa Cruz, ya bien entrada la noche, con los pies reventados de caminar con unos zapatos que le quedan pequeños porque no tiene otros, y las llevé a su casa, agradecidas y contentas, con tan poco.

Y el que se fue mal a su casa fui yo, fastidiado, muy jodido, al ver lo que estamos haciendo con nuestra gente, que tienen que vender su cuerpo para poder comer algo, para llevarle un regalo a sus hijos. Por favor, si alguien tiene zapatos de mujer de la talla 39, para que esta madre pueda caminar sin que le revienten los pies, y si tenéis ropa para su hijo de 3 años, porque apenas tiene tampoco, y bueno, cualquier otra cosa que se os ocurra, para que historias como esta dejen de repetirse en La Laguna, donde me contaba una madre, otra madre, esta misma tarde, que son muchas las madres de este noble municipio que se están prostituyendo en silencio para poder llevar algo de comida a sus casas. Esto no puede ser, joder, no puede ser...

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