Este artículo lo publicaba Míchel el sábado 3 de marzo. Pero su profundidad y extensión me han obligado a dedicarle cierto tiempo para analizarlo con el detenimiento que la importancia del asunto merece.

El texto me ha parecido magnífico, aunque, para estar a la altura de mi trayectoria criticona, diré que me ha parecido que aborda el contexto hirtórico de una manera en exceso escorada al caso grancanario, obviando detalles de las otras islas, por ejemplo, el Puerto de la Cruz, Camacho Tours y cosas así.

Pero ese detalle insignificante no resta validez a la tesis que sostiene Míchel y que yo asumo: que los sucesivos gobiernos de Canarias han utilizado el turismo con fines propagandísticos y economicistas, pero no han sabido aprovecharlo para obtener las tremendas posibilidades que ofrece, en términos de rentabilidad directa y de dinamización de otros sectores de la economía del archipiélago.

No hay mucho que tenga yo que añadir, salvo unirme a la exasperación por manifestaciones como las de Manuel León, a las que aporto la anécdota de otras de Carlos Alonso, vicepresidente y delfín (Achamán nos asista) de Melchior en el cabildo tinerfeño. Alonso acaba de reclamar más plazas hoteleras para la isla de Tenerife. Es decir que este tipo, al igual que León, no se les ocurre otra cosa que expandir la estructura alojativa turística. Es que no se han enterado todavía de que el problema capital de turismo canario, la razón de su fracaso como negocio es la descomunal sobreoferta, que obliga a unas prácticas de derribo de precios que llevan al envilecimiento de la calidad y al malbaratamiento de los recursos canarios sin posibilidad de recuperación  

http://islasbienaventuradas.blogspot.com/2012/03/el-saqueo-al-turismo-canario.html