Oro parece, platano... no es
Ya el plátano no es lo que fue, es evidente. El segundo rubro de exportación canaria, después de los combustibles fósiles, son el oro, piedras y metales preciosos, la joyería, nos informa Saray Encinoso en DIARIO DE AVISOS. Aunque diga lo que diga el ICEX, creo que eso no debería ser cierto, porque el turismo es, cuando se hace bien, una actividad exportadora. Pero claro, cuando un destino se limita a revender lo que importa, el turismo, lejos de constituir una exportación queda reducida a una función de transferencia. Ahora, volviendo a lo que dice Saray que cuenta el ICEX, vean qué desgracia la de la gran familia canaria: Entérense; estamos viviendo de vender las joyas...
En tiempos que pensábamos que no iban a volver, pero que ya están aquí de nuevo, cuando se quería hablar de que una familia estaba en la ruina, se decía "están vendiendo las joyas de la mujer, de la abuela..." Eso es claramente lo que nos está pasando. Mastiquen los datos gruesos: El plátano y demas frutas y hortalizas, antaño adalides de la presencia canaria en Europa, han perdido toda significación estadística en nuestra exportación. En realidad, ya no estamos exportando nada significativo más que los restos de pasados esplendores. Porque los combustibles fósiles no son en absoluto pàrte de la economía canaria. De la actividad de refino, lo único que obtienen las islas es, con todo respeto a esa gente, los salarios de los trabajadores y las trabajadoras. Poca cosa, aunque ojalá dure.
Del turismo, no hace falta hablar, porque el beneficio neto de lo que se factura, una vez deducido el importe de las importaciones, es una cifra ridícula, como demuestra el envilecimiento general de las condiciones de vida y de trabajo en las islas.
Lo único que exportamos, hay que repetirlo, son las joyas de la abuela. Cuando se acaben... pongan ustedes el final, que a mí me entra la congoja.