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lunes, 06 de mayo de 2024 09:28h.

2013, ¡ Más madera, … ! - por Adolfo Padrón Berriel

¡Más madera, esto es la guerra! O eso al menos y a tenor de la evolución de los acontecimientos, diría Groucho Marx al vislumbrar la que se nos viene encima. Si el primer año “Mariano” nos ha dejado a la mayoría con los bolsillos llenos de telarañas y a mucha gente durmiendo al raso, el 2013 se presenta, si no lo remediamos, como  el año de la consolidación del perfecto orden neoliberal:  sin estado, sin mecanismos de protección social, sin servicios públicos, sin derecho laboral, sin justicia universal, sin sistema público de pensiones, sin, sin, sin, … y con el máximo nivel de dependencia de unos poderes mercantiles y financieros absolutamente desbocados, haciendo y deshaciendo a su antojo.

2013,  ¡ Más madera, … ! - por Adolfo Padrón Berriel

¡Más madera, esto es la guerra! O eso al menos y a tenor de la evolución de los acontecimientos, diría Groucho Marx al vislumbrar la que se nos viene encima. Si el primer año “Mariano” nos ha dejado a la mayoría con los bolsillos llenos de telarañas y a mucha gente durmiendo al raso, el 2013 se presenta, si no lo remediamos, como  el año de la consolidación del perfecto orden neoliberal:  sin estado, sin mecanismos de protección social, sin servicios públicos, sin derecho laboral, sin justicia universal, sin sistema público de pensiones, sin, sin, sin, … y con el máximo nivel de dependencia de unos poderes mercantiles y financieros absolutamente desbocados, haciendo y deshaciendo a su antojo.

Escuchar al presidente del gobierno presentando el balance de su primer año de gestión  resulta, cuanto menos, bochornoso y por demás cansino –a pesar de que era el esperable-. Las mismas referencias a la herencia recibida del ejecutivo Zapatero, la misma sentencia dogmática del “no nos ha quedado otra;  si no hubiésemos hecho lo que hemos hecho, estaríamos peor”, el mismo recurso a “los esfuerzos dolorosos a la par que inevitables” y la misma promesa de que “empezamos a ver la luz al final del túnel”  ypara redondear el discurso –porque se puede traicionar un programa electoral, pero no se puede faltar a la palabra dada a quienes de verdad mandan y el presidente es un hombre de palabra-  nos presenta el juramento de que la senda a seguir es la de “austeridad + reformas”, es decir, continuidad con la sacrosanta imposición, a toda costa,  de la reducción del déficit y la prevalencia del pago de los intereses de la deuda  y  continuidad con la destrucción del estado social y de derecho.

La evidencia de los hechos, la confirmación de que estas premisas, lejos de paliar los efectos de la recurrida “crisis”, nos hunden más en el pozo,  no son contempladas ni por asomo, porque la hoja de ruta está trazada y los supuestos  depositarios de la soberanía popular están abnegadamente entregados a ella o mezquinamente apegados  a las prebendas que sugiere la permanencia en la poltrona.

Ni siquiera la involución que sufren otros estados que nos han precedido en esta espiral de autodestrucción inducida,  parece preocupar a nuestros pseudo-gobernantes que observan, impávidos, como el pueblo heleno ha sido sometido a la más absoluta miseria o como Portugal vende sus servicios públicos y sus sectores estratégicos en subasta urgente –Angola, antigua colonia lusa, sin ir más lejos,  ha terminado haciéndose con sus astilleros nacionales a muy buen precio-.

La cuestión es, ocurra lo que ocurra,  seguir parapetado tras la excusa del “me viene impuesto”           –siempre hay un orden superior o una situación ajena a los que echar las culpas y  es posible presentarse como mero gestor eso sí,  bien intencionado, de las  directrices que imponen las circunstancias o un prócer poco transigente-. Y como la justificación parece ser efectiva, su utilización se transmite piramidalmente en los distintos ámbitos de responsabilidad política.

El gobierno canario y los partidos que lo sustentan también han hecho suya esta línea argumental y asumen el papel del  “cómplice necesario” mientras ponen carita de cordero degollado. Rajoy dice que lo obliga la Troika y Paulino dice que lo obliga Rajoy y “entre todos la mataron y ella sola se murió”. Los presupuestos canarios para el 2013 constituyen la enésima prueba de que no cabe esperar ninguna actitud rupturista del tándem Rivero-Pérez con la línea marcada por los poderes financieros y la ultraderecha europea y desarrollada con fervor por el ejecutivo central.  

El gobierno de Canarias  critica ardorosamente las condiciones que impone Madrid,  patalea por la escasa financiación y advierte, por activa y por pasiva, de las nefastas consecuencias que esta dinámica política está generando  en las Islas,  pero a la hora de actuar no tiene inconveniente es vestirse de verdugo y colocar la soga al cuello de los reos –a la sazón, cualquiera de nosotras y nosotros-.

El Gobierno de Canarias y los partidos que lo sustentan no quieren reconocerlo, pero hacen buena la sentencia que asevera que “si no eres parte de la solución, formas parte del problema”.

Lo cierto es que, entre los unos y los otros, 2013 promete traer más de lo mismo y según la Ley de Murphy, “si algo puede empeorar, empeorará”, sobre todo si permitimos que se siga haciendo exactamente lo mismo que nos ha traído hasta donde estamos.

Sé que lo que se espera en estos días, lo políticamente correcto y lo socialmente admisible, es que nos prodiguemos en un solemne ritual de intercambio de magníficos deseos y vayan por delante todos los míos, pero mucho me temo –llámenme aguafiestas- que los deseos no se cumplan por sí solos. ¡Habrá que hacer algo!

¡Feliz 2013!

Canarias a 30 de diciembre de 2012

Adolfo Padrón Berriel

(Miembro de co.bas-Canarias y de Canarias Por La Izquierda-Si Se Puede)


También lo publica:

http://www.infonortedigital.com/portada/component/content/article/15-opiniones/19158-2013-i-mas-madera-