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jueves, 16 de mayo de 2024 10:05h.

ANC (III), o esa otra manera de ser canario - por Eloy Cuadra

Acabo aquí mi serie de tres artículos dedicados a las elecciones y la opción que he elegido, Alternativa Nacionalista Canaria, después de los dos anteriores centrados en la importancia de la soberanía y en lo poco que sirven los personalismos, las modas y los sucursalismos en Canarias, y lo hago refiriéndome a Coalición Canaria y esa manera de ser canario que nos han impuesto casi como un dogma, especialmente ellos, como ejemplo de lo que no debe ser, como ejemplo de lo contrario que propone ANC.

ANC (III), o esa otra manera de ser canario - por Eloy Cuadra, escritor, activista social y número 27 en la lista de ANC al Ayuntamiento de Santa Cruz como independiente *

Acabo aquí mi serie de tres artículos dedicados a las elecciones y la opción que he elegido, Alternativa Nacionalista Canaria, después de los dos anteriores centrados en la importancia de la soberanía y en lo poco que sirven los personalismos, las modas y los sucursalismos en Canarias, y lo hago refiriéndome a Coalición Canaria y esa manera de ser canario que nos han impuesto casi como un dogma, especialmente ellos, como ejemplo de lo que no debe ser, como ejemplo de lo contrario que propone ANC.

Y esta vez los argumentos me los dan los propios canarios cuando me leen, pues ya son unos cuantos los que me han dicho asustados que estoy loco si lo que quiero es dar soberanía a los canarios para decidir. Y me lo dicen precisamente canarios, gente nacida aquí que no tiene la más mínima confianza en lo que puede hacer un canario. Esto no puede ser, no es posible que sigamos con el síndrome del colonizado 500 años después de la conquista de Canarias, como ese perrito al que le han dado tantos palos que ya no saca nunca su rabo de entre las piernas, asustadizo y tímido, incapaz de plantar cara a nadie. Sí, ya sé eso de la pachorra canaria que nos hace ser más lentos, más tranquilos, casi indolentes para muchas cosas, también sé de la manera en que la geografía de cada lugar condiciona a sus gentes, y así en Canarias, territorio divido, fragmentado, separado en islas, el isleño se vuelve también hacia su interior y desconfía, y se cierra, y se separa, y teme, pero esto también se tiene que cambiar, digo yo, o como mínimo guardar para momentos de bonanza vital, pero no hacer de esa manera de ser una losa inamovible por los siglos de los siglos.

Da igual que lo diga los libros, los profesores, las televisiones o los psicólogos, y si lo dicen pues con más razón para cambiarlo, y me refiero, por ejemplo, a la famosa obra “Natura y cultura de las Islas Canarias” del profesor Pedro Hernández Hernández, cuando en un pasaje de su 6ª edición de 1997 dice del canario y su perfil psicológico que “Domina la infravaloración. Se puede mostrar orgullo y vanidad por el paisaje y por las cosas de las islas, pero en el fondo hay un sentimiento de inferioridad, de considerar superior a los demás o de sentirse evaluado. Todo ello asociado a inseguridad y tensión emotiva sin canalización adecuada.” Y el libro es ya un clásico de la cultura canaria.

¿Pero no se dan cuenta que esto es malo? No dice que el canario sea por lo general valiente, aguerrido, inteligente o sacrificado, están diciendo que nos vemos como inferiores, con complejos, con inseguridades, frente a los de fuera. ¿Quién quiere ser inferior?, ¿a quién le gusta sentirse inseguro o acomplejado? Las cosas malas hay que cambiarlas. ¿Por qué nadie repara en esto? ¿Por qué lo damos como algo propio del ser canario que no se puede cambiar? La psicología del pueblo canario como la de cualquier otro pueblo, no es fija, está sometida a múltiples factores, se ve influida por su entorno, es dinámica, es cambiante. Entonces, ¿por qué nadie hace nada por cambiar esa temerosa y acomplejada manera de ser canario? La respuesta está, creo, en los que mandan y han mandado en Canarias desde siempre: señores terratenientes y caciques locales, PP, PSOE y Coalición Canaria en versión moderna, con especial responsabilidad en estos últimos. Unos y otros son clase privilegiada y lo han dispuesto todo para que nada cambie, y trabajan para ello, y legislan para ello, con la RIC, con el REA, con el REF, con el POSEI, instrumentos pensados para perpetuar privilegios y desigualdades y para hacernos creer que en Canarias no tenemos más opción que dejarnos ayudar, para hacernos dormir, para no prosperar, para hacernos dependientes de por vida, y así tenemos a la agricultura y la ganadería canarias otrora ricas abandonadas a su suerte. Y así se han extendido los mantras de “¿y de qué vamos a vivir?” o “nos invaden los moros” cuando a alguien se le ocurre hablar de libertad. Y así tenemos a la Televisión Canaria, instrumento de aculturación de masas al servicio de Coalición Canaria desde que se abrió, con la programación más folklórica y banal que se haya visto en televisión alguna. El resto lo pone la propia globalización y así estamos hoy, con una población mayoritariamente despolitizada y analfabeta en conciencia social -porque el canario es así-, lo cual no tendría mayor importancia si esto fuera como la región de Baviera en Alemania, con un 2,5% de paro, pero da la casualidad que estamos en el otro extremo del ranking en paro por regiones, con los salarios más bajos y las peores condiciones laborales, al margen de otro montón de indicadores a cual peor. Por eso no se entiende que aceptemos con gusto y sin rechistar. No se entiende, o sí se entiende, por esto mismo de lo que hablamos. Como también se entiende que Coalición Canaria sea un partido famoso por agasajar muy mucho a los viejitos, a nuestros mayores en los pueblitos sobre todo en épocas próximas a las elecciones, con fiestas, excursiones y homenajes varios, y luego resulte que la mayoría del voto que los apoya les venga de unas muy concretas franjas de edad y mayoritariamente de pueblos. 

Es su forma, una de sus formas, de seguir ahí arriba, ellos no quieren a un canario crítico y sin miedo, lo prefieren así, verbenero, tranquilo, devoto y confiado, así es más fácil de manejar, de convencer, y de engañar. Pero esto es una vergüenza, y ya es hora de que esta manera de ser canario cambie de una vez.

No sé si en algún otro grupo, colectivo o partido de Canarias trabajan por esa otra manera de ser canario, lo que sí sé es que en ANC lo hacen desde que se creó el partido, y no es una utopía porque la mayoría en este grupo son canarios con esa otra forma de ser canario, orgullosos de sí, seguros de lo que puede y lo que no puede un canario, que no se avergüenzan, que no se acomplejan, que trabajan y no quieren vivir de limosnas, porque saben que Canarias puede. No es fácil empresa todo hay que decirlo, no es cosa de dos días cambiar la mentalidad y la psicología de un pueblo, y hará falta trabajar mucho, pero no tenemos prisa. De ahí que destacara en recientes artículos la necesidad de evitar caminos cortos y otras modas en Canarias, no valen, aquí hay un problema de fondo, que no se cambia de un día para otro. Por eso puse especial énfasis en lo importante que es que ANC se forme y nutra con gente joven, y es que hará falta perseverar, pues largo es el camino del que busca la libertad. Y acaso bueno será tener presente, que antes de pensar en hacer libre a una tierra o a un país, primero hay que liberar las mentes y las conciencias de los que en esa tierra viven. Creo que esta razón es la que más me motiva para participar en ANC, quizás porque tengo dos hijos canarios, y no me gustaría que un día salieran fuera de Canarias y se sintieran inferiores a los demás. No, no me gustaría.

Y así voy acabando ya el artículo y con el la serie de tres, y en este punto alguien podría decirme: “¿qué hay de la independencia propiamente dicha?, apenas habla usted de eso siendo como es ANC un partido independentista”. Y de repente me acuerdo de cuando tenía 13 o 14 años y empezaba a intentar comprender el mundo, entonces me daba miedo pensar en que algún día tendría que independizarme y marcharme de casa de mis padres, pensaba en que no habría nada que pudiera hacer bien para ganarme la vida solo, la sola idea de ser libre me aterraba. [

Pasaron unos años y a los 20 me estaba marchando para no volver ya nunca, más allá de un par de veces al año por vacaciones. Supongo que el ser canario todavía anda por esos 13 o 14 años que yo tenía entonces, o igual menos, y vive aún con miedo a la libertad. Sólo hace falta ayudarle a que crezca para que pierda el miedo, y para el final nos queda la gran pregunta: ¿quiere en verdad el canario hacerse mayor?

Eloy Cuadra, es escritor, activista social y número 27 en la lista de ANC al Ayuntamiento de Santa Cruz como independiente.

* Publicado por gentileza del autor