Siempre escuché cosas buenas de ti. Escuché hablar de cómo contribuiste a acabar con una dictadura y dar a luz un bebe llamado democracia. Escuché hablar de cómo todas las fuerzas políticas y personas de diferentes ideologías te apoyaron y siguieron tu guía. Cuando te leí, encontré un canto al bien común en tu primera frase;

“La Nación española, deseando establecer la justicia, la libertad y la  seguridad y promover el bien de cuantos la integran, en uso de su soberanía, proclama su voluntad de…”

En esa primera página también encontré otras palabras preciosas como convivencia, orden económico y social justo, voluntad popular, derechos humanos, culturas, tradiciones, digna calidad de vida o sociedad democrática avanzada. Ese era tu espíritu y mucho se ha logrado gracias a él y gracias a las personas que han trabajado por que se cumplan tus deseos. Gracias Constitución, gracias de corazón por todo lo conseguido.

Pero disculpa que te diga esto, querida Constitución. Hoy estas viejita. Por suerte, en nuestra sociedad se vive mejor que en el año que naciste, pero no se vive bien, no se vive como tú querías que viviéramos. Ni siquiera las personas somos las mismas. Muchas de las que hoy viven nacieron después que tú y otros eramos aún unos niños. Comprenderás que necesitamos avanzar y contribuir con nuestras propias ideas y con nuestro esfuerzo a seguir mejorando nuestra sociedad, al igual que tú mejoraste la sociedad que te vio nacer. El día anterior a tu treinta y cinco cumpleaños murió “Mandiba”, Nelson Mandela. Sé que lo conoces, compartía y luchaba por valores similares a los tuyos. Quiero recordarte algunas de sus palabras.

“Si no hay comida cuando se tiene hambre,

si no hay medicamentos cuando se está enfermo,

si hay ignorancia y no se respetan los derechos elementales de las personas,

la democracia es una cáscara vacía,

aunque los ciudadanos voten y tengan Parlamento”

Querida Constitución. Hoy en España hay hambre, la sanidad cada vez es peor y más cara, no se respetan los derechos de las personas y nuestra democracia no es “avanzada” como tú querías. Hay políticos malos que juegan a dividirnos y que te utilizan como escudo para no dejarnos avanzar hacia una sociedad más democrática, hacia una sociedad del bien común. Constitución, necesitamos dar un paso tan importante como el que sucedió hace treinta y cinco años cuando tú naciste. Necesitamos unirnos de nuevo como sociedad, como pueblo, hablar, debatir y dar a luz una nueva Constitución. Una Constitución que recupere los valores que aparecen en tu primera página y que desarrolle nuevos artículos adaptados a nuestra realidad. Nuevos artículos que permitan acabar con la división de nuestra sociedad y que nos ayuden a mirarnos a los ojos como personas, con amor, sin odiarnos ni enfrentarnos por creer que tenemos ideologías diferentes o por haber nacido en un lugar u otro. Necesitamos una nueva Constitución joven, dinámica y querida por todas las personas. Una Constitución que incorpore los valores de la Economía del Bien Común, una Constitución que no pueda ser manipulada y puesta al servicio de unos pocos.

¿Acabó la lucha por la igualdad de las mujeres cuando consiguieron su derecho a voto?. ¿Acabó la lucha de las personas de color cuando Rosa Parks consiguió su asiento en aquel autobús? Sabes que no. Por eso mismo, nuestra lucha por una sociedad más democrática, nuestra lucha por una sociedad en la que se cumplan los valores escritos en tu primera página, nuestra lucha por una sociedad orientada al bien común, aún no ha acabado.

Una vez más, gracias Constitución. Sé que después de leer esta carta compartirás conmigo el deseo de poder decirte adiós y poder ver el nacimiento de una nueva Constitución. Sabes que solo así avanzaremos como sociedad y solo así te recordaremos con amor.

Un abrazo de corazón.

Diego.