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miércoles, 15 de mayo de 2024 00:14h.

Ciudadanos en común - por Mario Erre

Vamos a remontarnos al pasado diciembre cuando todas las encuestas de opinión situaban a Podemos a la cabeza tanto en intención  como en intención de voto al tiempo que a un partido hasta entonces considerado “catalán” como “Ciutadans”, en adelante Ciudadanos, le adjudicaban, como siempre en las encuestas estatales desde que se fundara en 2006, entre un 1 y un 3 por ciento.

Ciudadanos en común - por Mario Erre *

Vamos a remontarnos al pasado diciembre cuando todas las encuestas de opinión situaban a Podemos a la cabeza tanto en intención  como en intención de voto al tiempo que a un partido hasta entonces considerado “catalán” como “Ciutadans”, en adelante Ciudadanos, le adjudicaban, como siempre en las encuestas estatales desde que se fundara en 2006, entre un 1 y un 3 por ciento.

Ahora remontémonos a enero y recordemos aquella rueda de prensa que pasó desapercibida para esa mayoría que se escandaliza si algún dirigente de Podemos se tira una ventosidad en la que el presidente de esa máquina de desahuciar gente llamada Banco de Sabadell y esa tal Mónica Oriol, la empresaria que no contrata mujeres para los empleos subhumanos en salario y condiciones que ofrece no vaya a ser que se embaracen, reclamabna la aparición inmediata de “un Podemos de derechas porque este que hay no nos gusta nada”.

Sumemos a esto la encuesta reconocidamente falsa del Grupo Prisa perpetrada en aquellos mismos días en la que se situaba a Ciudadanos por encima del 20% en base a absolutamente ningún otro dato que as ganas de que esto sucediera y con estos tres datos sumados a la financiación requerida y nunca facilitada por la dirección del partido naranja y sabremos el por que de ese extraño subidón de un partido en tres meses a los diez años de su creación y siendo su líder ya harto conocido por toda la ciudadanía propia y extraña.

Con estos datos a estas alturas de la película no hay que ser muy tonto para adivinar que a finales del año pasado y ante el imparable avance de Podemos en la demoscopia, poderes fácticos como la banca, las grandes empresas, la prensa de derechas e incluso hasta me atrevo a decir que la Conferencia Episcopal decidieron poner en marcha la “Operación Ciudadanos” u “Operación Podemos de Derechas” cuyos resultados comprobamos ahora: un partido bisagra obediente por deudor a estos poderes que ha conservado para ellos dos de los principales focos de corrupción: la comunidad de Madrid y Andalucía, ha frenado ligeramente a Podemos pero no ha podido evitar que en los grandes núcleos urbanos, donde la gente tiene más acceso a información veraz, triunfara el empuje de la gente que es el que ha creado al partido de Iglesias, Echenique y Errejón y ese empuje es el que antes o después les llevará al poder, a diferencia de partidos como fue en su día UPyD y es hoy Ciudadanos cuyo pecado de origen es ser un producto de marketing creado en laboratorios supervisados por poderes fácticos, pecado que les lleva a la penitencia de la desaparición absoluta una vez descubierto el pastel, el pastel que se repartirán Cifuentes y Díaz (únicas beneficiadas de tamaña inversión) con bancos, grupos empresariales y mediáticos y algún que otro oligarca u obispo.

Visto lo visto, estamos en condiciones de aseverar que nos encontramos en la puesta en escena de otra lamentable operación de marketing de cara a un proceso electoral, y esta vez es por la izquierda: la “Operación Ahora en Común” u “Operación Ciudadanos 2” que tendría como finalidad dividir el voto de las víctimas de esos mismos poderes entre Podemos y una Izquierda Unida disfrazada de candidatura de unidad popular que teme que llegue su final cantadao desde hace muchos años por su anquilosamiento en fórmulas de los años de la Guerra Fría, su acomodamiento al sistema bipartidista del que fue socio menor y “tonto útil” y su carencia de líderes convincentes.

No les extrañe ver y oír de aquí a noviembre al candidato de esa fórmula hasta en la sopa al mismo ritmo que esa plataforma, se llame al final como se llame, crece y crece en intención y estimación de voto.

Como decía Pablo Echenique en su artículo de ayer en “El País”, “el viernes en la presentación de ´Ahora en Común´ sólo se hablaba de convergencias, confluencias, listas y cargos y el sábado en el Foro de Podemos se buscaban soluciones al desempleo, la crisis económica,  la violencia machista, la privatización de los recursos y se buscaba un programa hecho por la gente y no se habló del partido”.

Por eso la verdadera confluencia será la que ofrezca un programa creíble, sostenible y beneficiosa para la mayoría, algo que hoy sí puede ofrecer el partido de los círculos y no una presunta reluciente candidatura nacida de la noche a la mañana y llena de figurones independientes que presumiblemente  tendrán que rendir cuentas a la gente, pero no a la buena gente si no ala de mal vivir, la misma que después tendrá que rendírselas al Bundesbank. 

Ojalá me equivoque en cuanto al origen oscuro de esa autodenominada confluencia (de Izquierda y Unida) pero mucho me temo que en enero de 2016, un año después,  las dos operaciones serán una realidad comprobada , aunque si es así y se comprueba, espero que ambas, la naranja, la que se dice de izquierdas y sus promotores fácticos se hayan dado un buen batacazo, electoral los dos primeros y económico los terceros.

* En La casa de mi tía por gentileza del autor