CLAC Y ACCION: “CINE Y SALUD” por Dra. Belén Alonso. Internista y cinéfila, …y en algunos entornos la “Dra. Cine”

Desde los principios de la historia del cine, la salud y la enfermedad han sido temas que han despertado gran interés entre directores, guionistas, productores y actores de todo el mundo. Las patologías tumorales, las infecciones de todo tipo y las enfermedades psiquiátricas han sido y siguen siendo aún hoy en día las auténticas “estrellas” en el mundo del cine. Sin embargo, otras patologías mucho menos prevalentes como son las enfermedades raras también han tenido y tienen cabida en los proyectos cinematográficos, “XXY” (2007), “El aceite de la vida” (1992) o “El hombre elefante” (1980) son ejemplo de ello. Por otra parte, también se han advertido nuevas perspectivas o “cambios” hacia una visión más amable, “real” y conciliadora de los distintos tipos de discapacidad como p.e “La isla interior” (2011) de Félix Sabroso y Dunia Ayaso o “Seis puntos sobre Emma” (2012) de Roberto Pérez Toledo.

Es muy importante y bien conocido el uso del cine como herramienta docente,  formativa y divulgativa en ámbitos de la enseñanza que van desde etapas más precoces de la enseñanza, estudios preescolares o de enseñanza primaria, hasta estudios intermedios o estudios universitarios y de postgrado. También hay trabajos y experiencias publicadas con pacientes y familiares, siendo los resultados obtenidos muy favorables. Existen para ello numerosos documentos audiovisuales, bien en forma de largometrajes, “cortos” y/o anuncios publicitarios que nos permiten de una forma  “amena” y “diferente” acercarnos al mundo de las enfermedades. Existen numerosas películas sobre está temática que van desde la infección por el virus VIH o SIDA a la enfermedad de Alzheimer, pasando por el cáncer de mama, el infarto agudo de corazón o la epilepsia.

Entre los numerosos “beneficios” comprobados del visionado de películas está el hecho de poder ponerse en la piel del paciente, de los cuidadores, familiares, médicos o personal sanitario de forma “ágil”, recurrente y alternante; conocer personas enfermas, enfermedades y escenarios que si no fuera por el cine podrían no vivirse jamás; proporcionar conocimiento sobre una enfermedad “propia” o “ajena” y permitir incluso “copiar” modelos de afrontamiento o superación de una enfermedad y posibilita, por que no decirlo, volvernos mejor personas. No hay que olvidar que el cine es un modo de divertimento muy apreciado que nos “evade” por un rato de nuestra propia realidad, que nos permite “ver, oir y sentir” en todo momento y que casi nunca nos deja indiferentes, porque el Cine es una fuente constante e inagotable de emociones básicas: alegría, tristeza, rabia o sorpresa. Hay quienes propugnan (como es mi caso) que el Cine puede ayudar a los pacientes y a su entorno a sobrellevar mejor su proceso, a relativizar su estado o situación clínica, a conocer “otros escenarios”, “otras realidades”, “otras vivencias”, a reflexionar y a profundizar sobre nuestra propia existencia y a conocer mejor a las personas que nos rodean. En definitiva, el cine es “arte, ciencia y conciencia”.

Y para finalizar, quisiera terminar con las palabras “mágicas”  extraídas de la canción “Cine, cine” del genial Luís Eduardo Aute, cantante, compositor, poeta, pintor y director de cine entre otros oficios: “Cine, cine, cine, más cine por favor, que todo en la vida es cine y los sueños, cine son”. Continuará….

Nota de agradecimiento: quiero aprovechar esta oportunidad para agradecer públicamente a Clúster Audiovisual de Canarias (CLAC); a Kiko Barroso y a la televisión pública de Canarias (TVC) por concebir, creer y apadrinar este proyecto, apostando todos ellos de forma muy significativa por el buen desarrollo del mismo y por procurar una buena salud a los proyectos audiovisuales pasados, presentes y futuros realizados en nuestras islas.