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lunes, 06 de mayo de 2024 21:16h.

Con un móvil oficial por banda - por Nicolás Guerra Aguiar



El señor De Armas, concejal del PNL-NC (de segundo, Nueva Canarias) en el Ayuntamiento de Arrecife de Lanzarote lleva cuatro meses en el Caribe, dice que a la espera de vender su barco. 

Con un móvil oficial por banda - por Nicolás Guerra Aguiar

El señor De Armas, concejal del PNL-NC (de segundo, Nueva Canarias) en el Ayuntamiento de Arrecife de Lanzarote lleva cuatro meses en el Caribe, dice que a la espera de vender su barco. Y no pudo elegir mejor espacio comercial en cuanto que siglos atrás fue guarida, madriguera y escondrijo de piratas, corsarios, filibusteros, bucaneros (voces con especificidades lingüísticas) entregados a robos, rapiñas, abordajes y saqueos, ya en nombre propio o de Sus Graciosas Majestades, inglesa u holandesa, da igual, pues se regía la actividad comercial por aquella indeleble máxima: «Quien roba a un ladrón tiene cien años de perdón». Y como todos desvalijaban o limpiaban a los españoles cuyos barcos cargaban oro y plata en América camino de la insaciable Madre Patria, comprometida esta en cincuenta mil guerras de religión y afianzamientos de absolutismos, la cosa se equilibraba, al menos en la balanza de la globalización precozmente adelantada desde aquellos siglos.

Que el señor De Armas -parece que muy conocedor de la zona- se decidiera en enero a emprender la travesía atlántica con su velamen al viento, está dentro de las capacidades del mundo capitalista. Y por más que los descendientes de aquellos personajes usan hoy ordenadores y sofisticados medios de comunicación en vez de garfios, patas de palo o parches, no hay nada como un trato directo, pues cuando uno se encariña con un barco solo se le puede vender a alguien que sepa tratarlo con delicadeza, a fin de cuentas escotillas, camarotes, jarcias, aparejos y arboladuras saben de la vida privada vivida a bordo, y llevan grabadas conservaciones, suspiros, susurros y, sobre todo, llamadas telefónicas, tal reflejan los recibos que abonan los ciudadanos arrecifeños con sus impuestos, pues el señor De Armas usó con descaro el aparato que el Ayuntamiento le tiene puesto, o a lo peor hasta regalado, que los cargos son muy, pero que muy dadivosos cuando pagamos los demás, trátese de ipad y ordenadores de sus señorías canarias, refiérase a móviles que también tienen a su disposición gratis total, que este es un país rico, que sí, mientras la ciudadanía permanezca en silencio.

Pero hay algo que me perpleja: si ese señor lleva cuatro meses en el mercadeo de su barco, ¿cómo es que alcalde, concejales del poder y de la oposición en Arrecife, interventor de la cosa económica del Ayuntamiento, inspecciones de la hacienda pública, hayan autorizado el pago de los gastos producidos por aquel móvil que no se usa para cuestiones rigurosamente municipales? Pero hay más, y tanto o mucho más grave como el mal uso de dinero público para llamadas desde el Caribe: un señor concejal en la oposición, sin responsabilidad alguna dentro del gobierno municipal, ¿tiene, además, secretaria particular que no paga su bolsillo, sino la ciudadanía de Arrecife? ¿Con qué cara prescinde la Corporación de un empleado eventual de la limpieza si mantiene ese privilegio feudal? Pero, ¿es el único que goza de tal dispendio, de tal disparate, de tal despilfarro en el Ayuntamiento? Tal como se ve desde fuera, rotundamente, no.

Y si ese señor lleva cuatro meses en la otra orilla, ¿qué significa el silencio sepulcral de su partido que ni lo denuncia, ni reclama su expulsión, ni exige que se apliquen las normas correctivas ante tal comportamiento de absoluto desprecio –aparente, claro- a la cosa pública? Porque si en cuatro meses su partido –y lo apadrina NC- ni ha intervenido, ni lo reclamó a los quince días de ausencia, ni inició al mes los trámites para su expulsión, una de tres, o las tres: 1. Está de acuerdo con que no es necesario que un concejal asista a la vida pública municipal. 2. Desprecia a quienes lo votaron en las últimas elecciones. 3. Se la trae al pairo la responsabilidad adquirida con la ciudadanía, el municipio, la Isla y Canarias, aquí cada uno a lo suyo, que lo único importante son las nominillas y los miles de euros que se reciben según los votos obtenidos.

Así, ante el silencio de cementerio de su propio copartido, la manifiesta despreocupación –alcaldía- por los cuatro meses de ausencia, el absoluto desinterés por la cosa municipal de quienes gobiernan, se permite el señor De Armas –le permiten al señor De Armas- que desde el Caribe solicite facturas de todos los gastos originados por teléfonos móviles, ipad y otros elementos electrónicos, supongo que con la intención de comparar para demostrar que él gasta tanto como los demás, y si lo pide estoy seguro de que algo sabe. Pero, ¿todos los señores concejales de Arrecife tienen ipad, móviles, «todos y cada uno de los concejales del Ayuntamiento de Arrecife», como escribe el señor De Armas en su solicitud? ¿Es acaso un aparente chantaje para que desde allende los mares el señor concejal transaccional barquero pueda seguir haciendo uso del suyo –que no es suyo, sino de los arrecifeños, quienes lo pagan- para que todo se tape, se acallen voces discordantes y todo quede en nada?

Más sorprendente, más increíble, más repelente: ni por un momento -¡cuatro meses sin representar a sus electores!- se le ocurre disculparse, reconocer su desdén –quizás desinterés, tal vez desprecio- y, como consecuencia, presentar su inmediata e irrevocable renuncia a la sagrada acta que el sistema democrático puso en sus manos. El mal ya está hecho, solo queda que el sentido del honor imponga las actuaciones. Pero, si así fuera, y aquel señor se envolviera en el silencio a perpetuidad, queda lo otro: si el señor alcalde no sabía que llevaba cuatro meses fuera, es que está fallando lo más elemental en la administración económica y política. Si lo sabía, su silencio –hasta que demuestre lo contrario- hace sospechar, como poco, o connivencia o desinterés o despreocupación absoluta ante los intereses del municipio. Y a su lado, aunque desde la oposición, el partido NC –que pidió votos para la elección del señor de Armas- tiene también altísima corresponsabilidad. No, esto no es serio. Y la ciudadanía no se lo merece, aunque sigue en silencio, y los políticos saben que es «muy sufrida», así le va.


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