Puerto de Las Nieves, en Agaete

La bien hallada participación ciudadana en Agaete - por Nicolás Guerra Aguiar *

Acaso porque se trata de una obra que podría significar impactos negativos sobre el medioambiente e, incluso, desviar naturales corrientes submarinas, el Gobierno municipal de Agaete (PSOE) llevó a pleno extraordinario la propuesta de que Madrid autorice una consulta ciudadana sobre la prevista ampliación del puerto de Las Nieves, hoy punto de unión con Santa Cruz de Tenerife (“autopista marítima”). Se abstuvo el PP y la apoyaron los dos concejales no adscritos.     

Por tanto solicitará el permiso y, a la par, demandará al Gobierno canario la paralización de las obras proyectadas mientras Madrid decide. También reclama a la Administración canaria una campaña informativa ecuánime, plural y rigurosa sobre ventajas e inconveniencias pues -y así lo expone también el colectivo Agaete SinMacromuelle- debe evitarse la información unidireccional.

  Todo depende del PP (Gobierno central). Pero su positiva disposición no la tengo clara: a fin de cuentas se trata de un partido conservador. Y la consulta sobrepasaría -desde su perspectiva- los tradicionales límites de participación. Incluso por sectores peperos podría considerarse como exceso o populismo, pues la intervención ciudadana debe limitarse a temas relacionados con elecciones (generales, autonómicas, cabildicias y municipales).  

Además, lo que no le encaje en las cuatro variantes ya rebasaría las fronteras establecidas. (Para qué vamos a tentar al Diablo, "ppensará" más de uno. Así empezaron los movimientos ciudadanos y ya ven los efectos: el Congreso de los diputados se llenó de rojos revolucionarios chavistas, extremoizquierdistas al servicio del Mal iraní, radicales trotskístas, ácratas con sus cabezas cubiertas de trenzas como fanáticos del movimiento rastafari, bolivarianos enriquecidos con petrodólares venezolanos, doctrinarios ideológicos de mensajes perturbadores…)

El presupuesto ascendía a 45 millones de euros en 2015. Hoy es superior. Implica un espigón “de más de 500 metros” (¿501? ¿599?): serviría de atraque a dos líneas marítimas (una, Fred Olsen; y la naviera Armas reclama, años ha, autorización). El actual muelle se usaría para 235 nuevos arrimos deportivos y pesqueros (no hay flota pesquera en Agaete). Además, se construiría una nueva carretera paralela al barranco.

Ahora bien: ¿a quién beneficiaría económicamente? ¿Qué ventajas obtendría el Ayuntamiento gaetense? En principio, ninguna. La costa no es propiedad de los ayuntamientos, sino de organismos oficiales dependientes del Gobierno. Por tanto, el actual muelle no ingresa en las arcas municipales ni un solo euro, y lo mismo sucedería con la ampliación.  No obstante, la naviera Fred Olsen tiene detalles con el municipio: colabora económicamente en festejos populares y mantiene precios especiales a los alumnos de Agaete matriculados en La Laguna o Santa Cruz de Tenerife. Ahí acaba la relación. Todo, insisto, depende del Gobierno.

Los atraques deportivos, obviamente, no son gratuitos. Pero tampoco el Ayuntamiento percibe cantidad alguna por ellos. ¿Se beneficiarían, al menos, algunos nativos? Con el paro existente en Agaete –ronda el 20% de la población en edad de trabajar, sobre todo juvenil-, sospecho que pocas posibilidades tienen: barcos de segunda mano, elementales y cuarentones –leo en páginas publicitarias- andan en torno a los 20 000 euros.

¿Revertirían los beneficios, entonces, en los restaurantes? Por lo que está a la vista, nadie se acerca a Las Nieves con la ilusión de ver entradas y salidas de barcos. Pero sí con la idea de almorzar o cenar muy cerca de la marea, tal viene sucediendo desde muchísimos años atrás. Y quienes llegan para viajar a Tenerife –o regresan- usan la guagua de la naviera y vehículos particulares aparcados en las proximidades. El buchito cafetil, pues, lo toman en la sala de espera; otros, a bordo.  Además, según Agaete sinMacromuelle, el transporte actual no es rentable para Fred Olsen: los barcos “suelen estar por debajo de su capacidad” (sospecho, entonces, la existencia de ayudas oficiales).

La consulta a los ciudadanos gaetenses fue promesa electoral del PP en 2007, pero alguna mar de fondo –pega fuerte la mar ruin en el Noroeste- arrambló con ella como lo hizo con El Dedo de Dios… si no fueron las violentas vibraciones para el rebaje del fondo marino quienes desajustaron sus milmilenarios cimientos naturales. (La eliminación de algunas bajas para aumentar el calado necesario, por ejemplo, pudo haber influido según le oí a un geólogo marino.)

Esta nueva Corporación municipal –casi al completo- dio el paso adelante y reclama la opinión de sus paisanos. Pero si Madrid aceptara la solicitud, el resultado sería puramente consultivo, nunca decisorio: no obligaría al Ayuntamiento.  De todas maneras, es un buen comienzo. Los ciudadanos no estamos solo para depositar la papeleta en la urna cuando el propio Sistema nos convoca en los cuatro casos arriba apuntados. Tenemos el irrenunciable derecho a ser consultados ante situaciones muy concretas si afectan, por ejemplo, al medioambiente y equilibrio natural (como en este caso).

Referéndum, plebiscito, consulta o sufragio, da igual (las cuatro voces tienen, obviamente, sus matizaciones en los significados): lo importante es la pública manifestación del pueblo por mayoría de votos. Y sobre todo la rigurosa aceptación del resultado. Porque puede caerse en la tentación –fácil tentación según los intereses que se defiendan- de convertir la consulta en algo vacío.

En conclusión: la medida tomada por el Gobierno del Ayuntamiento y los concejales no adscritos frente a la abstención del PP abre los caminos para, sin aspavientos ni relajos, concienciar a la ciudadanía sobre derechos y obligaciones al margen de la tradicional democracia representativa (elegimos a nuestros representantes y solo ellos toman las decisiones). Lo que propone el Ayuntamiento de Agaete -con amplísima visión- es la democracia participativa: quiere consultar a sus ciudadanos sobre un tema de vital importancia para el municipio.  

Agaete sinMacromuelle es, también, un modelo a seguir: surge exclusivamente para abordar el tema de la previsible ampliación. No tiene ramificaciones políticas ni aspira a gobernar: simplemente nace ante lo que muchos consideran su indiscutible derecho a la participación activa en el caso concreto de la hipotética ampliación. El grupo de Gobierno y los dos concejales no adscritos también merecen todas las felicitaciones.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Nicolás Guerra Aguiar