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domingo, 05 de mayo de 2024 16:39h.

La situación huele que apesta a estafa vacunal

El imperialismo anglosajón y la pandemia de nunca acabar - por Luis Alsó

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El imperialismo anglosajón y la pandemia de nunca acabar - por Luis Alsó, de Attac Canarias

Cuando  ya retozábamos como niños celebrando la supuesta protección de las vacunas  del contagio de  la “variante delta” aparece (¿otra casualidad?) la variante “ómicron”, que se ríe de las vacunas, las torea y nos contagia a todos, vacunados  y sin vacunar; y aunque es menos mortífera, acabará compensando esa menor morbilidad con un mayor contagio, de modo que, pasados algunos meses, las defunciones se irán igualando a las anteriores, con lo que el genocidio planificado sigue  su curso. 

    La situación huele que apesta a estafa vacunal. Pero Pfizer, impertérrito, dice que lo que pasa es que hacen falta vacunaciones “ de refuerzo”, empezando por la tercera edad, y acabando por cubrir todas las edades,  con lo que sus beneficios, que ya eran astronómicos (más de 26.000 millones de dólares) adquirirán ahora proporciones siderales. En esta nueva película que rueda la multinacional farmacéutica, les toca a los niños y jóvenes hacer el papel de malos o peligrosos, cuando antes hacían de santos inocentes, y apenas se contagiaron en dos cursos masivamente presenciales.

    Pero ¿que piensa al mayoría de los ciudadanos españoles ante esta caprichosa  y dramática realidad?: pues no se les ocurre pensar, en absoluto,  en una posible manipulación (preguntándose, por ejemplo, por qué no ha habido ni un solo caso de contagio en Corea del Norte), sino que, cansados pero resignados, piensan“¡que mala suerte!”; porque parecen tener más miedo a que les tachen de “conspiranoicos” o “negacionistas” que a la propia muerte. Y, si ello es así, el terreno está abonado para que  el genocidio siga adelante sin atisbo de rebeldía. Hay que tener en cuenta, además, el considerable daño económico inferido por las bajas laborales de un creciente número de trabajadores, incluidos los sanitarios. Lo que no se ha podido mantener más es la farsa de los asintomáticos, a los que se considera pedir abandonen los saturados hospitales y se vayan a su casa. Una oportuna  y rampante escasez de “test de antígenos” en las farmacias (denunciada por la comunidad de Madrid como provocada deliberadamente) ha impedido demostrar cuantos falsos contagiados hay en las estadísticas oficiales.      

    Por otra parte, la confusión entre los “expertos” , nacionales y extranjeros, es total respecto a la naturaleza de la ómicron. Ya se anuncia la aparición de otra variante (¿séptima oleada?): la BA.2, que empieza a hacer furor en Dinamarca. Los que, sin mover un dedo, esperan que vengan “años mejores” no se dan cuenta que estamos en una pandemia de nunca acabar. O de acabar con todo.        

    Los contagiadores en la sombra están nerviosos porque se están multiplicando las ventas de test de antígenos (“no son seguros”  afirman, algunos supuestos expertos, contradiciendo  el aval que han recibido de la UE y de la OMS) lo que, como hemos venido diciendo insistentemente, puede desenmascarar las falsas estadísticas (infladas) sobre los contagios y avalar la normalización de la vida social, que ya se intenta ahogar de nuevo con múltiples confinamientos o restricción de las entradas a los espectáculos de masas. Hablando de estadísticas falseadas, el diario El País trae en la portada de su número del 14 de Enero pasado un  reportaje (que desarrolla después  en la página 22) en el que afirma que entre el 25 y el 40% de los  hospitalizados por covid lo son por otra causa. Otra noticia elocuente es que se han archivado más del 90% de las demandas de  investigación de la masiva  y clandestina muerte de ancianos refugiados en residencias de bajo coste, incluyendo las de la “España vacía”(Aquí si se debe hablar más propiamente de “vaciada”).

    También  desconcierta, por su reiteración (tres veces ya), el recorrido de las nuevas “oleadas” que llegan a España, pues siempre empiezan contagiando masivamente a Navarra y al País Vasco; y, poco mas tarde a Cataluña. La mayoría  “anticonspiranoica” sigue pensando  en la casualidad o la mala suerte. Pero estas repeticiones en el recorrido tienen unas características  que excluyen el azar. Entran por la frontera francesa, y contagian masivamente a las que son las comunidades más ricas  y con menor contaminación ambiental de España. Y coinciden también con auges espectaculares del contagio pandémico  en las dos naciones mas ricas de la Unión Europea: Alemania y Fancia (a la que EEUU había escamoteado vergonzosamente una valiosa venta de submarinos ya comprometida con Australia, otro miembro destacado de la Commonwelth anglosajona). Por el cálculo de probabilidades es casi imposible que ese recorrido se repita más de dos veces en tan poco tiempo; salvo que, como opinamos nosotros, se trate es una ruta o mapa diseñado por lo creadores-controladores del coronavirus para orientar a sus sembradores .  

    ¿Que buscan los creadores del virus y su contagio?. La Unión Europea,  desmoralizada por la salida de Afganistán (en el que la OTAN sembró, durante veinte años, sangre y destrucción) y debilitada ahora por la pandemia, puede devenir una organización reacia a una nueva aventura militar (en suelo europeo, además)) que sólo podría beneficiar al imperialismo anglosajón, empeñado en frustrar su deriva hacia la integración  económica  en el continente euroasiático  a través de la “ruta de la seda” y el suministro gasístico del Nordstream-2. Dicha integración dejaría a EEUU, donde el “fracking” ha resultado un fracaso, convertida en una potencia económica de segundo orden. El interés del imperialismo anglosajón  en provocar una guerra contra Rusia y China, a través de Ucrania, el Mar Negro y Taiwan, es evidente. . EEUU e Inglaterra están llenando,“a contrarreloj”, Ucrania de armamento sofisticado y asesores militares, y boicoteando desesperadamente la entrada en funcionamiento del Nordstream-2. Si una Ucrania “liberada” se integrase en la OTAN, misiles de ésta instalados en su frontera oriental estarían a sólo 5 minutos de Moscú.

    Contra ese análisis se puede esgrimir que Estados Unidos e Inglaterra, supuestos creadores y difusores del coronavirus, también han sido gravemente contagiados por éste. Pero, si anaizamos detenidamente las estadisticas, veremos que las víctimas estadounidenses han sido, en su inmensa mayoría, de raza no blanca  y de clase baja. En cuanto a Inglaterra, además de cebarse también en una numerosa masa de marginados y emigrados no blancos, se apartó, bruscamente de Europa continental con el Brexit. Boris Johnson y  centenares de sus amigotes “tories” de la clase alta  inglesa lo han celebrado repetidamente con botellones clandestinos en los jardines de Downing Street, pues se sienten ahora protegidos por su Gran Hermano y su ofensiva contra la UE . Lo cierto es que el coronavirus y sus variantes , creado y  controlado por el imperialismo anglosajón, nos acerca cada vez  más al abismo de una tercera guerra mundial (inevitablemente nuclear, pese a supuestos buenos propósitos declarados ante el Consejo de Seguridad) y de una catástrofe medioambiental. ¿No es hora ya de gritar: “Señores  Biden y Johnson: saquen sus sucias manos de Europa? “.

* La casa de mi tía agradece la gentileza de Luis Alsó

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