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viernes, 26 de abril de 2024 01:16h.

De infeliz tolete a ruin desarretado - por Juan Martín Vega

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Para que le sea más facil a José Manuel Corrales cumplir sus rufas amenazas, firmo este artículo con mi nombre, porque la verdad no le teme a nadie.

De infeliz tolete a ruin desarretado - por Juan Martín Vega

Para que le sea más facil a José Manuel Corrales cumplir sus rufas amenazas, firmo este artículo con mi nombre, porque la verdad no le teme a nadie.

Desde aquellos ¡ay! lejanos tiempos en que Corrales era un recién desembarcado candidato al Cabildo de Tenerife por IU, y todavía no se había enterado ni de dónde estaba Radio Club (lo contaba Adán Martín, que se lo había preguntado el otro en la avenida Anaga) siempre pensé que Corrales era un pobre simplón, pero con buenas intenciones. 

Cuando dejó a IU y se metió en el partido que en Tenerife todavía intentaba mantener en alto las siglas de socialista y obrero, seguí creyendo, ingenuo de mí, que el tipo lo que quería era trabajar por la gente desde la política

Incluso, cuando Paulino le vendió a Zapatero sus dos votitos en el Congreso a cambio del puerto de Granadilla y de pulverizar a la ortiguilla socialista tinerfeña, liderada por Pedro Anatael, Nacho Viciana y el propio Corrales (claro que no lo presentaron así, dijeron que era por un "Plan Canarias" multimillonario, no sé si le suea a alguien la cosa) entonces hasta me solidaricé con Corrales, sin darme cuenta de que en su roce con personas dignísimas no le quedaba nada.

Después, cuando consiguió ser concejal y se sucedieron sus interminables pleitos con compañeros y compañeras y con gente de la izquierda en el Ayuntamiento chicharrero, que decían que estaba cobrando lo que no era ético cobrar, yo llegué a disculparlo, pensando que, en todo caso, si se confirmaba que eran ciertos, los desvelos corralientos por las perras eran para financiar su partido..

Hasta lástima me dio, cuando Corrales se metió el chuchazo en las elecciones.

Hasta sentí admiración al contemplar que el hombre se retiraba a lamerse las graves heridas, u se dedicaba a su trabajo, en el que me dicen que lo hace bien, y a preparar su tesis doctoral. Una digna actitud, pensaba yo.

Pero entonces llegó la estrepitosa noticia.

Cuando todo indicaba que por fin maduraba la moción de censura que podría restituir la normalidad democrática, para que no gobierne La Laguna quien no tiene mayoría para ello, aparece un neurasténico escrito del casi inexistente XTF, dirigido al Ayuntamiento. Un escrito que tiene el más que descarado propósito de neutralizar a dos concejales y una concejala, mandándoles al purgatorio de los no adscritos. Así se intentaba que no pudiera prosperar la moción de censura.

Corrales niega ese propósito. Pero la casualidad de la coincidencia del escrito con el avance de la moción de censura, después de una prolongada ausencia de Corrales de la vida política, alimentan fuertemente las sospechas de que al hombre le han fustigado las costillas con algo que él debe temer. No hay otra explicación y, desde luego, los argumentos vertidos para justificar el dichoso escrito, lejos de alejar las sospechas, las fortalecen. Porque lo de que no le contestan al teléfono y que él es amigo del tipo de ALPA expulsado por NC, son auténticas machangadas. 

MIren que es difícil, en estas islas de Mauricios, Melchores. Olartes, Bonis, CCNachos, Casimiros, Sorias, Paulinos o Clavijos, destacar en el catálogo de saltapericos oportunistas aprovechadores de la politica. Pero Corrales está demostrando su voluntad de competir en tan desagradable pega. Qué necesidad.

O, quizá, fuerte necesidad.

Juan Martín Vega