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miércoles, 15 de mayo de 2024 00:00h.

Mis vecinos, los de lujo - por Nicolás Guerra Aguiar


Nicolás Guerra Aguiar, en este claro artículo, después de unas certeras reflexiones sobre la actitud poco responsable del gobierno psocialista frente a los primeros signo del cataclismo que se venía encima, pasa a comentar el dorado retiro del que gozan los expresidentes de gobierno de España. Un nivel de vida y unos ingresos, públicos y privados, que resultan sonrojantes en todo caso, pero que cuanto se trata de personas supuestamente socialistas, llegan a ser escandalosos. 

Mis vecinos, los de lujo - por Nicolás Guerra Aguiar
 

  Dicen los entendidos que la situación económica en la que España se encuentra inmersa no es producto del azar, ni que surgió espontáneamente. Algunos retrotraen su germen a los últimos años del Gobierno del señor Aznar, cuando aquello del bum de la construcción y que los psocialistas no quisieron tocar una vez llegaron al Gobierno, y acrecentaron, por más que eran conscientes de lo que se venía encima al paso de unos años.

  Ya se encargó el señor Rodríguez Zapatero de restar importancia a los avisos que llegaban, a los mensajes europeos e internos de que la situación de aparente florecimiento económico no era más que un bulo, un espejismo, una bomba de relojería. «¿Crisis? ¿Qué crisis?», ironizaba el presidente del Gobierno mientras serios asesores le pedían prudencia, le exigían drásticas medidas y su ministro de Economía «se pegaba la jullona», al decir estudiantil. Pero en su soberbia –y la complicidad de muchos de los suyos- hizo mutis por el foro y, de repente, el caos. Bien es cierto que no era un problema exclusivamente español, por más que así lo pregonaban sus oponentes políticos, aunque a nadie se le esconde hoy que se perdieron años, los iniciales, en los cuales se pudo hacer mucho para reducir el impacto.

  «Miré los muros de la patria mía, / si un tiempo fuertes ya desmoronados» son los dos primeros versos de un soneto quevedesco (siglo XVII) cuando con serenidad y desapasionamiento aquel genio echa un vistazo a lo que fue el Imperio español, en ese momento ruina de sí mismo. Y hoy, como anteayer, el Gobierno psocialista que presumía de casi casi estar a la altura económica de Francia dejó, ironías, cuatro millones de parados, tres millones de personas en la más absoluta pobreza, decenas de miles de jóvenes universitarios con las manos atadas (¿qué más, estimado lector, que usted no sepa?)… y que el Gobierno actual no controla.

  Sin embargo, determinados comportamientos –por más que nos hayan salido callos, durezas, e incluso ojos de gallo- me siguen perplejando, simple observador de lo que sucede en mi entorno. Así, vengo en enterarme de que el señor Rodríguez Zapatero, socialista por definición, cantor de que los medios de producción debían ser administrados colectiva o estatalmente, reside de forma provisional en un chalé ubicado en zona residencial de lujo a diez quilómetros de Madrid. Lo asisten como vecinos el señor Botín, banquero él que lo es del Santander; futbolistas, señores Torres, Ronaldo; otro ex presidente –también  psocialista- señor González… y apellidos y nombres vinculados con el poder económico, aunque son ellos mismos el poder, como apunta con acierto y rigor mi admirado Vicente Llorca.

  Los señores González Márquez y Rodríguez Zapatero, ambos dos expresidentes por el PSOE, pueden vivir donde les apetezca, por supuesto (y no digo «donde puedan» porque a la vista está que pueden donde quieran, no es cuestión de euros, qué suerte tienen algunos psocialistas). Los  ahorros en La Moncloa parece que dan para residir en Somosaguas y para algo más, a fin de cuentas no tenían que pagar las compras del supermercado ni a las gasolineras, incluso ni tan siquiera las revisiones del coche. Y a todas partes viajaban como invitados sin un euro en el bolsillo, gratis total o, si no, apúntamelo que ya pasaré mañana a pagarte, ja, ja.

 Y si a esto le incluimos que el dinerito de las nóminas, todo, pasaba a la cuenta corriente –que bien recomendada podría incluso hasta obtener pingües beneficios-, uno se explica que en varios años se haga una buena pellita. Pero hete aquí que como expresidentes cobran, además, ochenta mil euros al año, y tienen coche oficial, secretario (dislates, por cierto, que añoró alguien por estas tierras para cada uno de los ex de Canarias, la tira). Y si con eso no da, pues se echa mano a otras actividades. Así, el socialista señor González Márquez con la empresa privada (Fenosa, por ejemplo, le paga 126.500 euros): un consejo por aquí, una administración por allá, cuatro palabras en una universidad para inyectar en los estudiantes sensaciones socialistas, y al final del año se encuentra con cientos de miles de euros. Y si al señor Rodríguez Zapatero no lo contratan o no puede hasta dentro de año y medio, no hay problema: se apuntó hace cinco meses al Consejo de Estado, órgano consultivo nada agotador (y cuyo presupuesto destina el 77% a gastos de personal). Nueve plenos tuvo el año pasado; y como tal de Estado, sus discusiones y conclusiones –si las hubiera- son secretas. Pues bien: su nómina mensual en tal organismo es de 5.643,45 euros; el complemento de destino, 1.901,45; y el específico, 2.664,12.

  Lo cual explica que este último señor expresidente psocialista quiera vivir en Pozuelo de Alarcón, no en zona de confluencias, vade retro: está mirando una vivienda cuyo precio de salida anda en torno a los 900.000 euros (puede regatear, claro), discretita, íntima, de seiscientos metros cuadrados, aunque pierde espacio porque en ellos está incluida la piscina, ¡no hay nada perfecto, carajo!

  Este es, en esencia, uno de los grandes problemas del PSOE: el abismo existente entre lo que algunos pregonan en su nombre y luego hacen. Quizás le falta al Partido Socialista un exhaustivo análisis interno, definidor de posicionamientos ante realidades sociales y políticas, y coherencia, mucha coherencia: el máximo responsable que escondió la cabeza bajo el ala los dos primeros años de la crisis no puede, me parece, comportarse con este aparente insulto. Quizás el cuarenta y siete por ciento de abstenciones para la reelección del señor Pérez como secretario general en Canarias también tenga algo que ver con situaciones como las arriba apuntadas, las de identidades. (Aunque en este caso hay muchas más, claro, muchas más, como no haber alcanzado cargo en el último sorteo.)

También en:

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?id=267129

http://www.infonortedigital.com/portada/component/content/article/15072-mis-vecinos-los-de-lujo