Buscar
domingo, 12 de mayo de 2024 15:09h.

Navidad-2015 - por Isabel Medina

Disculpen, pero de alguna manera, tengo que intentar ordenar el caos de mi cabeza. Como todos, supongo. Vivimos momentos de ruido excesivo: mítines políticos, lotería, villancicos, visitas de extraños personajes, Reyes que llegan del Oriente sobre camellos, venerables ancianos de rojo con sacos llenos de regalos que se dejan arrastrar por renos… y otros que hacen de nosotros las víctimas propiciatorias de la dispersión absoluta. 

Navidad-2015 - por Isabel Medina *

Al fin llegó el día después. Se me ocurre, a modo de tarjeta navideña, una breve reflexión. Disculpen, pero de alguna manera, tengo que intentar ordenar el caos de mi cabeza. Como todos, supongo. Vivimos momentos de ruido excesivo: mítines políticos, lotería, villancicos, visitas de extraños personajes, Reyes que llegan del Oriente sobre camellos, venerables ancianos de rojo con sacos llenos de regalos que se dejan arrastrar por renos… y otros que hacen de nosotros las víctimas propiciatorias de la dispersión absoluta. 

Quiero suponer que todo esto forma parte del hecho de vivir, y que en la partitura de la vida, a veces suenan las notas y otras veces los silencios, que juntos y revueltos, ejecutan una sinfonía única y extraordinaria que llega a nuestros oídos con infinita potencia. Y les aseguro que afina siempre, aunque desafine, y que la amamos siempre, aunque nos duela.

Estamos vivos… ese es el milagro. Y tenemos la suerte de ver llegar el Futuro, hasta el político, y asombrarnos de cómo entra por la puerta grande de las Instituciones que nos obliga a hablar y a entendernos, aunque proteste desaforadamente la Babel que somos.

Todo esto es la vida, que espero y deseo que en el año que va a empezar dentro de unos días, el 2016, sea hermosa para todo el mundo, ese que es tan grande que no nos cabe en un pañuelo, y que las alegrías vengan para quedarse, y las penas se vayan rápidamente como la visita de un médico estresado, y que cuando pensamos en los que no están, que no nos preocupemos en buscarlos en lugares remotos porque, aunque en el comedor de nuestras vidas haya ya algunas sillas vacías, no olvidemos nunca que solo han cambiado de sitio: ahora se sientan cómodamente en nuestro corazón y recogen la alegría con la mejor sonrisa.

Es que, a pesar de todo, la vida tira siempre hacia arriba y en ese tirón irremediable, los que ahora mismo somos víctimas de un ruido ensordecedor, podemos ser un poco más solidarios y un poco más felices para desear lo mejor a todos, especialmente a los que alguna vez se han cruzado en nuestro camino y a los que ahora mismo nos ayudan a que el sol se despierte cada mañana. No importa que mañana sea otro día.

Feliz Navidad-2015.

Isabel Medina

* En La casa de mi tía por gentileza de Isabel Medina