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viernes, 17 de mayo de 2024 09:55h.

No, no es igual para todos - por Nicolás Guerra Aguiar



Importante tema toca Nicolás Guerra Aguiar. Empezando por la artera, retórica, clarificadora pregunta con la que inicia el texto. Porque el problema no es lo que cobran quienes ocupan escaños parlamentarios. Lo que importa y da de cara es que muchas de estas personas no se ganan lo que cobran. Una miseria más de nuestro sistema democrático. De manera que no critiquemos lo que cobra esta gente, no desprestigiemos más la política. Critiquemos a un sistema que coloca en las institcuiones a quien no lo merece.

No, no es igual para todos - por Nicolás Guerra Aguiar

  El Parlamento de Canarias tiene sesenta diputados. (Por cierto, estimado lector: ¿recuerda usted quién ocupó el tercer lugar en la lista del partido que mereció su confianza, su voto, en la última elección?) De ellos, cincuenta cobran sus nóminas a través de esta Cámara de la que forman parte PP, Grupo Nacionalista Canario, PSC y Grupo Mixto. Y de los cincuenta, diecisiete tienen, además, cargos dentro del Parlamento. Así, un presidente y dos vicepresidentes; dos secretarios; tres presidentes de grupos parlamentarios; cuatro portavoces y cinco portavoces adjuntos. Lo cual significa, para empezar, que el 34 % de sus señorías percibe sobresueldo por el cargo que ocupa.

  Sin descuentos, y en números redondos, cada diputado cobra 3.830 euros (BOPC de 18 de junio, 2012). Si es presidente, recibe un complemento de 2.158; si es vicepresidente, secretario, presidente de grupo o portavoz titular, suma 1.010; como portavoz suplente añade 505. Dos pagas extras para todos ayudan en el camino por el desierto, consuelo para necesitados: 6.000 euros el presidente; 5.000, vicepresidentes, secretarios, presidentes de grupos y portavoces titulares; 4.400, portavoces suplentes; y resto de sus señorías, 3.830 euros. Es decir, en torno a los doscientos y tantos mil euros mensuales, en bruto.

  Ahora bien: «Como consecuencia de la actual coyuntura económica» (BOPC 205), todas sus señorías verán reducidas sus nóminas en un cinco por ciento (entre 192 y 300 euros), loable compromiso en tanto que, por segunda vez bajan a la condición humana de los mortales funcionarios. Así, estos no podrán argumentar que hay privilegios por parte de sus señorías puesto que, y van dos, las disposiciones gubernamentales reducen sus nóminas. (Pero los más desarretados funcionarios, claro, seguirán erre que erre: a sus señorías les descuentan sobre una base de 3.830 euros sin añadir dietas, pregonarán; y a ellos les reducen sobre sueldos de 1.000).

  No obstante, y por imperativos legales, sus señorías se verán obligadas a sumar en sus nóminas otros conceptos de obligada recepción en cuanto que figuran en el mismo BOPC, apartado A («Dietas… a las tareas parlamentarias»). Así, percibirán remuneración por cada una de las reuniones y sesiones, y dos por sus funciones. Si su señoría es de Fuerteventura (caso de doña Águeda Montelongo González, por ejemplo), asciende a 180 euros. Y si participara en actividades fuera de la sede del Parlamento…, y si… Prolija sería la especificación de tanto detalle, pues su Boletín Oficial se despacha con siete páginas en el apartado que llama «Acuerdo de la Mesa del Parlamento de Canarias, de 19 de abril de 2012, por el que…: retribuciones»).  Pero, cerrando cuentas, la señora Montelongo cobraría, en bruto, 4.598 euros, a los que habría que añadir los correspondientes al apartado A (página 4 del BOPC), sección «dietas… de dedicación exclusiva». [Y esta señora, a la vez que debe estar en Tenerife como secretaria segunda de la Mesa -el Parlamento se ubica físicamente en Santa Cruz- ejerce como consejera en el Cabildo de Fuerteventura (nominilla) y, además, es presidenta insular de su partido en Fuerteventura (¿nominilla?)].

  Don Emilio Mayoral Fernández, por nombrar a Gran Canaria, cobra en bruto 4.118 euros como portavoz adjunto del PSC, aparte de las dietas que se ve obligado a percibir por las especificidades mencionadas. Y el señor Castro (La Palma), presidente, recibe al mes 5.688 euros, aparte, claro, los extras. Y hay algo curioso: estas son percepciones de 2012, pues en 2010 los sueldos bajaron el quince por ciento. Consuelan las palabras del señor Mayoral, don Emilio, quien asume su responsabilidad ante la gravísima situación económica. Dijo el señor portavoz adjunto del PSC que los sociatas (voz que se incorporará al DRAE) apoyan el recorte de 800 millones en el presupuesto autonómico «por responsabilidad, porque es lo que toca hacer, porque nos lo exigen y porque no podemos hacer otra cosa». La verdad es que satisface tal alto grado de compromiso en este señor parlamentario del PSC cuya nómina –en bruto- asciende a 4.118 euros, casi el doble que en el aula.

  Siempre he defendido que si queremos políticos creativos, con capacidades intelectuales, preparaciones por encima de la media, razonadores, cargados de ideas y pensamientos, conocedores de la realidad canaria y dedicados con todas sus energías a la salvaguarda de nuestra tierra, es preciso pagar, y tenemos que pagar bien. De lo contrario, la empresa privada se haría con ellos, por más que muchos se inician en la cosa pública –señores González, Aznar, por ejemplo- y luego pasan a la privada sin renunciar a los 80.000 euros como ex presidentes.

  Por tanto, aunque me parece que en estos momentos la sociedad canaria ve algo fuera de sí estas nominillas de sus señorías que parten de un sueldo base –en bruto- de 3.830 euros frente a decenas de miles de funcionarios mileuristas, si sus señorías se lo están trabajando y dejan hasta el pellejo en la Cámara, me callo (así lo he visto en el señor Rodríguez ídem. No improvisa: estudia, analiza, y luego habla coherentemente). Sin embargo, por lo que se ve, se oye y lee en medios de comunicación a través de informaciones y entrevistas a sus señorías, tengo la impresión de que muchas de ellas son muy tímidas, excesivamente prudentes, exquisitamente modestas, pues retraimientos, prudencias y recatos no nos permiten saber qué piensan, cuáles son sus proyectos, qué están llevando a cabo, cómo preparan sus intervenciones, qué dominios tienen de las materias relacionadas con las comisiones a que pertenecen. Y es una pena, porque nos gusta aplaudir a quienes demuestran capacidades y rendimientos en su actividad pública, la que se compensa con nominillas no tan suculentas, sí, pero respetables.