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martes, 07 de mayo de 2024 07:58h.

No quiero días - por Dulce González González

 Tres de marzo de 2013, son las diez de la noche, no tengo sueño, no hay luz, se ha ido a causa de la tormenta; ¡menos mal que al ordenador le queda batería¡ Hay que pasar el tiempo de la mejor manera posible, y una de ellas es escribiendo; voy a hacerlo sobre nosotras, las mujeres.

No quiero días - por Dulce González GonzálezConcejala de Nueva Canarias en el ayuntamiento de Arucas

 Tres de marzo de 2013, son las diez de la noche, no tengo sueño, no hay luz, se ha ido a causa de la tormenta; ¡menos mal que al ordenador le queda batería¡ Hay que pasar el tiempo de la mejor manera posible, y una de ellas es escribiendo; voy a hacerlo sobre nosotras, las mujeres.

En nada, en cinco días, se celebrará prácticamente en todo el mundo, el Día Internacional de la Mujer Trabajadora; un día por todas nosotras, porque todas somos trabajadoras, y recordando un famoso eslogan publicitario celebran un día por las que trabajamos fuera del hogar, por las que trabajan en casa y por las que trabajan en los dos sitios ( la inmensa mayoría),  por las que tienen hijos y por las que prefieren los sobrinos, por las altas y por las bajas, por las más sencillas y por las más” fahsion”, por las delgadas y por las “no tanto”, por las que están felices y por las más tristes ,por las que defienden la minifalda a toda costa y por las que prefieren llevar la falda hasta los tobillos, por las que adoran el biquini, por las que jamás dejarán el bañador, por las que hacen topless o por las  que prefieren ir sin nada, por las casadas, por las solteras, por las viudas, por las separadas y por las divorciadas;  por las habladoras y por las calladas, por las que lo tienen casi todo y por las que nada tienen, por las amantes del sexo, por las  amantes del amor y las que prefieren sexo con amor, (aquí, me atrevo a decir que la inmensa mayoría), por las que se maquillan y por las que prefieren la cara lavada, por las que nunca se bajarán del tacón y por las defensoras de las bailarinas, por las que les encanta bailar y por las que les encanta bailar (no conozco ninguna a la que no le guste), por las madres, por la hermanas, por las abuelas, por las hijas, por las nietas, por las tías, por la sobrinas, por la amigas, la de verdad y las del Facebook.  En fin, se celebra un día para todas nosotras, mujeres sin más y con mucho.

Por todas nosotras, por todas ellas quiero escribir, de manera sencilla, a mi manera; porque con todas me identifico, porque nos unen muchas más cosas que las que nos separan, porque sé como son, porque sé lo que sienten, porque yo soy ellas y ellas soy yo, porque reímos delante de los hijos cuando realmente queremos llorar, porque decimos no te asustes con el susto agarrado a la garganta, porque repartimos besos y abrazos un día sí y al otro también, porque creo que somos maravillosas, porque somos histéricas, pasionales, especiales, porque me encanta mi condición de mujer, por eso escribo; para decir que no nos merecemos un día, que celebrarlo  significa que aun no se nos entiende, no se nos respeta, no se nos valora, no se nos considera iguales, no se nos dan las mismas oportunidades.

Nosotras no queremos grandes días, queremos pequeñas cosas cada día; porque nos encanta lo más sencillo, una flor, un beso, un te quiero, un abrazo, una canción, un osito de peluche…lo que realmente queremos es ser comprendidas, respetadas, valoradas, amadas.

No queremos días internacionales, queremos cada día, días normales, sin fastuosidades ni celebraciones, queremos días, días en los que nos traten y nos podamos sentir como iguales.

Tengo la esperanza de que por fin algún día, deje de celebrarse el Día Internacional de la Mujer Trabajadora. Entonces y sólo entonces, habrá llegado nuestro día.

¡Qué curioso¡ Acaba de venir la luz.

Solo falta que además de iluminar las estancias, también se iluminaran muchas mentes.

FDO. Dulce González González

Concejala de Nueva Canarias en el ayuntamiento de Arucas