Occidente y Gardel - por Chema Hernández Aguiar *

“Que el mundo fue y será una porquería, ya lo sé, en el quinientos seis y en el dos mil también; que siempre ha habido chorros, maquiavelos y estafaos, contentos y amargaos, valores y dublé. Pero que el siglo veinte es un despliegue de maldad insolente ya no hay quien lo niegue, vivimos revolcaos en un merengue y en un mismo lodo todos manoseaos.”.

Enrique Santos Discépolo (1934). Cambalache.

Este famoso tango se compuso durante la Década Infame a la que se refiere, curiosamente, en el periodo mencionado el Reino Unido logra el monopolio de las exportaciones argentinas y se crea el Banco Central de la República Argentina con capitales británicos. Me sorprendió pero por un momento vi a Milei, presidente de Argentina, firmando ese acuerdo.

Esta letra, casi una profecía, llega hasta nuestros días, fresca y nueva, siendo su mensaje tan actual como se concibió hace casi un siglo. Esos cien años a los que se refería Xi Jinping despidiéndose de  Putin: “Se están produciendo cambios nunca vistos en 100 años y nosotros los estamos liderando”. ¿Es posible que Occidente no sea consciente?

Con una situación bélica algo más favorable para Ucrania, en Julio 2022, la politóloga  Ulrike Guérot  afirmaba: “Pero, ¡ay!, resulta que la guerra económica que queríamos hacer contra Rusia ya ha fracasado. No hay inflación en Rusia, o no hay demasiada inflación y el rublo Dios le da estabilidad. De modo que si alguna vez tuvimos la sensación, la pretensión, de que podíamos secar Rusia y ahogarla, eso ya ha terminado. Rusia ha ganado.” Ulrike Guérot (04.07.2022): Rusia ha ganado y es necesaria una república europea. Vicent Partal. VilaWeb.

Este texto es de 2022, hoy es constatable, pero ello no significa que Occidente,  el eje anglosajón, Japón, Canadá y la UE reflexionen. ¿Son capaces de analizar desde el modelo realista de las relaciones internacionales este escenario? Mi impresión es que ya no quieren o no pueden reconducir la situación, se dirigen con aceleración hacia la confrontación, hacia el caos propiciado, sin embargo  deberían considerar lo siguiente:

1.       La política de Occidente la dirigen los grandes lobbies económicos, no elegidos, los dirigentes políticos son administradores de sus intereses. Sin embargo en China, en menor medida en Rusia, la economía es dirigida por la política. Tienen gran capacidad  de orientar sus sociedades y economías a la guerra, mantienen un gran tejido industrial.

2.       La fortaleza militar para imponer o corregir el desarrollo de los países, según sus intereses, económicos está en cuestión.  El abandono vergonzante de Afganistán, la derrota en Ucrania, el hecho de que Somalia se enfrente y bloquee el tráfico marítimo, la expulsión progresiva de Francia de África, ya no la hace creíble, ni inspira los antiguos temores.

3.       La finalidad connatural de neoliberalismo, el crecimiento como valor máximo, no es viable. Con los BRICS en ascenso, un nuevo SWIFT, el retroceso del dólar como moneda de intercambio internacional, una Europa estancada y desindustrializada, Occidente tiende a decrecer más que crecer como poder económico.

4.       Los estados neoliberales olvidaron u obviaron cohesionar sus sociedades, desaparecen los valores comunes y equidad por los que no vale la pena participar en la defensa del modelo. Sus sociedades no están dispuestas a luchar por algo de lo que no se sienten participes. La ciudadanía sabe que son otros no elegidos los que deciden. No le interesa la política. Existe un malestar cuya resultante se desconoce.

5.       Los ciudadanos le aplican a su vida y al neoliberalismo el neoliberalismo, hasta  a su existencia, incluso el amor, se rige por el balance de crecimiento, de acumulación, de valor y de mercado.

6.       Son sociedades, las occidentales, enfermas, infelices, dopadas y aceleradas, depresivas y solitarias. Están indispuestas para defender lo común.

7.       Occidente confunde la confrontación con Rusia con las divisiones internas en sus países, sus enemigos políticos son aliados de Putin. Es sólo un escalón para enfrentar China que es el enemigo prioritario. Se diría que en vez de implosionar buscan explosionar.

El descenso de Ciclo Hegemónico Occidental

Un ciclo hegemónico es aquel que se caracteriza por la supremacía de un Estado en el Sistema Mundial. EEUU, junto con sus aliados, impuso un orden mundial, que se convirtió en plenamente hegemónico tras la caída del Muro de Berlín hasta la presidencia de Obama, sus capacidades militares junto a sus económicas así lo permitieron.

En la fase descendente, por el contrario, el hegemón,  el más poderoso de los Estados miembros de una alianza, no es capaz de enfrentar los nuevos retos globales y de nutrir las necesidades del sistema. Es así que nuevos Estados entran en escena, se desata el conflicto de competidores con amplias capacidades militares y económicas y se decide el nuevo periodo hegemónico. El hegemón existió en la antigüedad, tanto Alejandro Magno como su padre, Filippo II, lo fueron al frente de Macedonia, tras la muerte del primero, cuatro guerras macedónicas mostraron el descenso. Hoy China junto a Rusia, sin obviar a India, desafían y se preparan para un cambio a los que ya es un mundo multilateral, Occidente se resiste a la evidencia.

A ritmo de tango, con esperanza y no tan derrotado, cierro con otra estrofa de ese tango, que refleja el clímax que vivimos, póngale veintiuno e igual no nota el paso del tiempo.

“Siglo veinte, cambalache, problemático y febril. El que no llora no mama y el que no afana es un gil. Dale nomás, dale que va. Que allá en el horno nos vamo' a encontrar. No pienses más, sentate a un lao'. Que a nadie importa si naciste honrao'”.

https://www.youtube.com/watch?v=3TXPP7KEjuQ

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

* Gracias a Chema Hernández Aguiar