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domingo, 19 de mayo de 2024 00:00h.

Oportunismo de Sí Se Puede y Podemos en Tenerife - por Ana Díaz

    Siempre he sido una mujer de izquierdas y siempre he seguido la política desde la barrera, con un cierto compromiso y, sobre todo, estando siempre muy informada para tener mi propio criterio.

Oportunismo de Sí Se Puede y Podemos en Tenerife - por Ana Díaz, psicóloga *

     Siempre he sido una mujer de izquierdas y siempre he seguido la política desde la barrera, con un cierto compromiso y, sobre todo, estando siempre muy informada para tener mi propio criterio. Ahora quiero hacer una reflexión en voz alta porque me genera mucha impotencia que nadie esté denunciando lo que yo estoy viendo y también algunas personas de mi entorno. Me refiero al “asalto” descarado y público que el partido de Tenerife Alternativa Si Se Puede está realizando en Podemos. Además, sus simpatizantes son muy descalificativos con quienes les recriminamos esta actitud en las redes sociales. Actúan igual que muchos seguidores de Podemos: toda crítica es “casta”. Todo se está expresando de manera simplista en SSP y Podemos y se ve venir una decepción que seguirá al fervor bastante irracional que genera Podemos.

     Militantes y simpatizantes de SSP han desembarcado en candidaturas internas de Podemos para hacerse con el control. El portavoz insular, Fernando Sabaté, describe esto como un esfuerzo de unidad de la izquierda. Tratar de controlar otro partido desembarcando en sus órganos internos de forma organizada, mientras se sigue militando en SSP, es la nueva fórmula de unidad de la izquierda. ¡Qué falta de ética y que formas tan impresentables!

     Pero, además, se ha filtrado un documento de SSP, escrito al parecer por el propio Sabaté, en el que dicen que están en contra de las sumas de siglas a la hora de unir a la izquierda, pero proponen sumar SSP y Podemos. Es flipante. Están en contra de sumar las siglas de los demás, pero no las de SSP. Los de Podemos podrían decirles que, puestos a sumar siglas, pues que prefieren sumar las de Izquierda Unida, que tiene más intención de voto que SSP en nuestras islas, está en toda Canarias y se marcó más de un 10% del voto en las elecciones de mayo. Puestos a sumar yo sumaría las más importantes. Y puestos a no sumar no sumaría ninguna. Pero lo de SSP es tener más cara que espalda.

     El problema es que SSP va a desaparecer. Porque o se mete en Podemos (y sigue entonces evitando acuerdos con organizaciones políticas a las que no puede absorber o controlar) o se presenta en solitario y Podemos se come su espacio, que es muy parecido. Creo que si los dirigentes de SSP tuvieran visión estratégica habrían buscado como fuera una alianza con Izquierda Unida, que sería la salvación de SSP porque IU tiene un espacio propio, aparte del que le comerá Podemos. Pero sería la mejor manera de salvar su identidad y crecer. Con más ética y menos oportunismo, podrían impulsar una unión progresista fuera de la lógica improvisada y con multitud de nuevos oportunistas para evitar lo que se ve venir, que es un nuevo PSOE como el de Felipe González en los ochenta y una nueva decepción cuando el cambio quede en nada o en muy poco.

     Por otra parte, Podemos en Tenerife está dando un espectáculo vergonzoso de peleas y ambiciones individuales que se han visto en la prensa. Y sólo están empezando. Sus simpatizantes están llenando las redes sociales con sus deseos políticos y trayectorias personales y profesionales para que les elijan. Sus proyectos se reducen a cientos de egos compitiendo en primarias. Parece un kindergarden en el que todos gritan yo, yo, mío, mío. Y todavía no se sabe lo que van a defender en Canarias. Parece que cada cual su candidatura y que también se pelean entre ellos por si llevan un par de meses más o menos en Podemos. El tema es muy friki porque algunos presumen de no haber movido un dedo para mejorar nada en su vida (eso sí, ocultan que más de uno habrá votado a CC, PP o PSOE y han puesto su granito de arena para que la casta nos haya hundido la economía, pero también les ha dado una oportunidad de ser concejal o diputado a esos podemitas). Otros presumen de que tienen el apoyo de Pablo Iglesias y, por lo tanto, son la verdadera Coca-Cola de Atlanta y no una marca blanca de Mercadona. Los “auténticos” podemitas han descubierto que el poder no reside en el pueblo, sino en San Pablo Iglesias, que metió a sus colegas de la Complutense en la dirección de Podemos, mediante el plebiscito de empoderamiento de los podemitas para votar lo que el líder televisivo diga que hay que votar. Y, con el apoyo de sus colegas, San Pablo Iglesias decidió que las bases votaran que no podrían presentarse a las elecciones municipales con el nombre de Podemos porque no se fían de sí mismas. Es más, el líder les ha dejado claro que, de pluralidad interna, en Podemos no habrá absolutamente nada de nada, pues ya han visto como Echenique se quedó sin un solo representante en la dirección de Podemos en Madrid, que es la que manda, de arriba abajo, como Dios manda. Todo este pisoteo de la democracia interna no le hace pensar nada de nada a los fieles podemitas que, por tener, ya tienen un partido menos democrático que el mismísimo PSOE.

     Todo esto lo digo porque creo que necesitamos un cambio político, sea como sea, para salir de la que nos está cayendo. Y estos actores de la izquierda no están dando la talla. Se ofrecen como lo nuevo y se ve que son viejos reviejos al recurrir al truco de venderse como nuevos. El espectáculo que están dando Podemos y SSP en Tenerife es de traca. Mucho más decoroso es el papel que parecen estar jugando Izquierda Unida y diversas iniciativas sociales y otros partidos más pequeños que, por lo menos, se están moviendo con más coherencia, con menos oportunismo y con más respeto hacia la gente que queremos un cambio y que sabemos que eso pasa por la unión de las fuerzas que he nombrado. Y, si no se unen, yo al menos sí tengo ya muy claro a los que no voy a votar visto lo visto. Y me niego a callarme, aunque me llamen “casta”. Eso sí, sólo en sentido podemita.

     Ana Díaz, psicóloga.

*Publicado a petición de la autora