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viernes, 17 de mayo de 2024 08:07h.

Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad sucia - por Juan Francisco Ramírez

El tema escogido no es de los habituales del que estas líneas suscribe, pero por exigencias del respeto a la Ciudad de nacimiento, y en aras de la salubridad, merece una dedicación especial;

Las Palmas de Gran Canaria, una ciudad sucia - por Juan Francisco Ramírez (Analista Político e Investigador) *

El tema escogido no es de los habituales del que estas líneas suscribe, pero por exigencias del respeto a la Ciudad de nacimiento, y en aras de la salubridad, merece una dedicación especial; esperando, que la nueva corporación municipal se haga eco de lo aquí expresado y sea capaz de corregir años de decidía y abandono, al que viene sometido el municipio más importante del conjunto de las Islas Canarias.

El municipio capitalino de Las Palmas de G. C., siendo el más importante del archipiélago Canario; entre otras razones, por el número de habitantes. Resulta, un referente de la dejadez a causa del abandono y la suciedad en la que se encuentran  muchas de sus calles. Lo cual, hay que decir, no sólo es culpa de la menor o mayor decidía de sus regidores; sino también, en gran medida, del incívico comportamiento de muchos de sus ciudadanos que arrojan a la calle, literalmente, aquello que no les resulta útil, sin consideración alguna. (1)

Las personas atentas, que paseen por las calles de los barrios de la urbe  de Las Palmas de G. C. (Alcaravaneras, Arenales, Guanarteme, Santa Catalina, Las Canteras, La Isleta, Lugo, etc.), tendrá una sensación de asombro ante tanta dejadez, principalmente respecto a la suciedad de las calles, fachadas de edificios faltos de pintura; así como del deterioro de muchos de sus arcenes, y calzadas en mal estado.

Del mismo modo cabría decir de muchas zonas céntricas, las cuales sostienen aceras deterioradas  (Ej.: C/ Tomás Alva Edison (2), León Tolstoi, C/ Luchana, etc.), y ni que decir de los pasos de peatones con socavones o desconchones, con el consecuente peligro para el viandante.

A título de ejemplo, por todos, aquí dejamos unas pocas fotografías obtenidas el domingo 23 de agosto de 2015, de algunas calles de la zona del barrio capitalino de los Arenales. Como reza el sabio refrán: “Una imagen vale más que mil palabras”

Asimismo, no debemos olvidar la zona de los túneles subterráneos de la Avenida Marítima, tramo  Alcaravaneras – Puerto – Alcaravaneras; túneles a los que se les quitaron, hace algunos años, las losetas o revestimiento de las paredes, a causa de las filtraciones por agua; dejándolo cual una cueva llena de humedades, conllevando una mala imagen, para una Ciudad que pretendió optar en a ser capital de la cultura europea en 2016. Debemos exigir, a quiénes corresponda, que pongan solución adecuada a tan  inapropiada e inmerecida imagen de Las Palmas de Gran Canaria.

Concluiremos; con la esperanza y el deseo, que estas pocas líneas sean de utilidad y no caigan en el olvido. Rogando al nuevo grupo de gobierno de la corporación municipal de Las Palmas de Gran Canaria y al del Cabildo de Gran Canaria, que hagan suyas estas líneas, poniendo la solución más idónea de manera inmediata; enmendando la dejadez de la que han hecho gala anteriores grupos de gobierno; a fin que esta gran Ciudad, antaño referente turístico,  vuelva a recuperar su consideración de Ciudad ejemplar a nivel mundial.

Juan Francisco Ramírez (Analista Político e Investigador)

Art. 19. Todo individuo tiene derecho a la libertad de opinión y de expresión; este derecho incluye el de no ser molestado a causa de sus opiniones, el de investigar y recibir informaciones y opiniones, y el difundirlas, sin limitación de fronteras, por cualquier medio de expresión. (3)

(1) Fotos tomadas el 23 de agosto de 2015 (Zona antiguo Estadio Insular), por todas:

(2) Fotografía correspondiente a un trozo del pavimento de la C/ Thomas Alva Edison:

(3) Declaración Universal de los Derechos Humanos, adoptada y proclamada por Resolución de la Asamblea General de NU 217 A (III), de 10 de diciembre de 1948.

 

* En La casa de mi tía por gentileza de Juan Francisco Ramírez