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viernes, 17 de mayo de 2024 13:00h.

Policías municipales desorientados - por Nicolás Guerra Aguiar

Si uno echa mano a la concreción del español descubrirá que la muy extendida frase <<un hecho puntual>> es traducción literal del inglés, y que realmente debemos usar <<hecho concreto, insólito o extraño>>, en cuanto que la voz <<puntual>> (adjetivo) se refiere a algo cierto, diligente o conveniente, cuando no a exactitud o ubicación en un punto.

Policías municipales desorientados - por Nicolás Guerra Aguiar

  Si uno echa mano a la concreción del español descubrirá que la muy extendida frase <> es traducción literal del inglés, y que realmente debemos usar <>, en cuanto que la voz <> (adjetivo) se refiere a algo cierto, diligente o conveniente, cuando no a exactitud o ubicación en un punto. Así, que algunos jóvenes agredan a un policía municipal capitalino (motorista de zona) en Las Canteras (Playa Chica) porque cumplió con su deber de llamarles la atención ante comportamientos improcedentes (ya hay condena) no es, en absoluto, algo <>, como lo llamó la concejalía. Estadísticas hablan, aunque muchas veces sean simples garabatos para quienes las manejan: desde junio hasta aquel día de septiembre otros seis compañeros suyos también sufrieron la violencia mientras estaban en la calle, de servicio.  (Por cierto: ¿se interesaron por ellos, sin intermediarios, el señor concejal y el señor alcalde?)

  Que hay algunos agentes chulillos, creídos, ramboobnubilados por el uso inmediato de la fuerza o en la incorrecta creencia de que el uniforme autoriza a todo –incluso al tuteo al ciudadano, <>, abuso frente al otro- es cierto, claro. Y quizás se da más entre jóvenes, supuestos Harry el Sucio aunque sin tiroteos, que eso queda para la ciudad de San Francisco. Pero como dicen mis informantes, dentro del Cuerpo –como en cualquier colectivo- también hay desequilibrios emocionales e, incluso, <>, la pareja, el divorcio, una fuerte discusión con el jefe, un hermano disparatado… Pero insisten también en que no podemos generalizar, porque muchas veces los agobios por la falta de personal imponen determinados comportamientos de los cuales algunos agentes poco después se arrepienten, dicen.

  Yo les señalaba que la ciudadanía –no hay más que leer los comentarios en los periódicos (eso sí, anónimos; por tanto, sin mayor rigor)- habla mal de la policía municipal capitalina. Y ellos comentan que, quizás, se deba a que algunos agentes no reciben cursos o cursillos de atención al ciudadano, algo tan elemental, todo se deja a la educación (o a su ausencia) de los policías, la que mamaron (o vomitaron) en casa, que de todo hay. Pero sí echan de menos reciclajes para unos pocos, más dados a la acción rápida y contundente que al buen uso de las palabras porque hasta que el señor juez condene, todos somos inocentes o presuntos, insisten. De todas maneras, tampoco algunos jefes son referentes en el buen trato a los demás, como sucede a veces con ellos mismos: <> es frase que se escucha de vez en vez cuando se dirigen a sus subordinados, no todos, claro. La Administración se llena la boca cuando habla de elementales derechos ciudadanos, de máximo respeto, pero no ven que gasten un duro en aulas de concienciación y formación.

  Volvamos al caso del último policía atacado y agredido en Las Canteras. Por supuesto, ya no está solo el efecto físico (golpes, contracciones musculares, hematomas, esguince); deben tenerse en cuenta los efectos psicológicos, el impacto emocional y la desestabilización psíquica. ¿Lo trata algún psicólogo? No, no existen en el Cuerpo, no hay Gabinete. ¿Alguien le ha recomendado algunos días de descanso para que se relaje y estabilice emocionalmente? Porque, no olvidemos, si lo devuelven a la calle, al servicio, el agente seguirá armado. ¿Dónde estaba su compañero? ¿Acaso no dicen que es conveniente patrullar por parejas? Pero, ¿tenía pareja el agredido? Si no llega a ser por los ciudadanos que lo ayudaron…

  El 25 de marzo varios menores fueron atacados, también en Las Canteras. A lo largo y ancho de todo el Paseo solo dos agentes patrullaban aquella extensión de varios kilómetros. Mis interlocutores sonríen: <>. Hace años, los domingos había casi cincuenta para todo el perímetro municipal. Hoy no llegan a veinte. Zonas como Tamaraceite, Marzagán, Ciudad del Campo o Jinámar están sin protección o vigilancia. Y a todas estas, el Ayuntamiento no se interesa por sus policías a pesar de que cuando el actual Gobierno fue oposición les prometieron de todo. Pero no se trata de un problema de este, sino que es casi general: los partidos políticos, parece, nunca se han tomado en serio una policía municipal preparada, con medios, formación científica y democrática. ¿Por qué? ¿Será que no les interesa una policía de a pie, de la calle, la que habla con los ciudadanos de las zonas…, que sepa investigar? ¿Por qué no hay conexión con la Universidad en lo que es la investigación científica, la preparación?

  ¿Qué quiere la sociedad de nosotros?, se preguntan mis informantes. Nadie se ha interesado en saberlo, mucho menos en programarlo. ¿Qué modelo policial se pretende? ¿Simples denunciantes de coches mal aparcados? De ahí que muchos agentes quieran ir a las unidades en las que se cobran pluses (hay, a veces, diferencias de quinientos euros mensuales). Por eso, la lección la tienen bien aprendida: ponte el uniforme, sal a la calle, no te busques problemas, procura que no te peguen y, al regreso, tráete cinco o seis denuncias. Mañana será otro día. (<>.)

  Sí, los encuentro desmoralizados, y eso a pesar de que se les nota que son policías municipales de vocación, serviciales con el ciudadano pero a la vez rigurosos en cuanto que su función social repercute sobre casi cuatrocientos mil paisanos del municipio. Y de la misma manera que están hartos de las obsesivas estadísticas como meras informaciones numéricas, reclaman aplicaciones, resultados. Porque en el Cuerpo, ya lo dijeron, muchísimos de ellos son serios y conscientes de su responsabilidad. Pero están cansados, desmotivados: ¿quién, como ellos, conoce la calle? ¿Por qué no se les da la oportunidad de explicar sus experiencias adquiridas durante diarias horas de pateo, como a los profesores, a quienes les imponen desde etéreos despachos las más inverosímiles incongruencias? Muchos de ellos tienen ideas, y muy buenas (sí, sí, los hay chulillos). Pero como no hay trato personal se impone la deshumanización.

  Parece que, en fin, muchos reclaman cambios, exigen compromisos, efectividad, menos influencias políticas. Y de mis interlocutores puedo añadir algo: es gente preparada, consciente de su función social, amante de su profesión y, además, equilibrada psicológicamente, desapasionada, y sospecho que no votan a los mismos partidos, qué bien. O lo que es lo mismo, no hay monopolios de credos o doctrinas partidistas. Y eso me relaja, vive Dios, y me esperanza.


También lo publica:

http://www.canarias7.es/articulo.cfm?Id=275730

http://www.infonortedigital.com/portada/component/content/article/16721-policias-municipales-desorientados

http://www.canariasinvestiga.org/polic-municipales-desorientados