Preguntas - por María Vacas Sentís
Un aluvión de mentiras y matrices de opinión bloquea cualquier acercamiento a la situación de Venezuela. No hay apenas espacio para la información ni el análisis, sino para la propaganda. Una montaña de falsedades está a punto de venirse abajo, sepultando la realidad. Mi contribución al debate viene en forma de preguntas.
Preguntas - por María Vacas Sentís
Un aluvión de mentiras y matrices de opinión bloquea cualquier acercamiento a la situación de Venezuela. No hay apenas espacio para la información ni el análisis, sino para la propaganda. Una montaña de falsedades está a punto de venirse abajo, sepultando la realidad. Mi contribución al debate viene en forma de preguntas.
¿Por qué disponiendo de un mecanismo radicalmente democrático como el revocatorio, la oposición persigue tomar el poder por la fuerza? ¿Será que son conscientes de que la revolución democrática socialista sigue viva, pese a la muerte de Chávez, como evidencian sus dos últimas victorias?
¿Por qué se ensalza el supuesto carácter pacífico de las protestas, cuando sus protagonistas incendian edificios oficiales, apedrean guaguas y colocan alambres en las calles, con el resultado de varios motoristas degollados?
¿Por qué se corea el mantra de que el gobierno limita la libertad de prensa en Venezuela, omitiendo que el ochenta por ciento de los medios son privados, y en un noventa por ciento, contrarios a Maduro? ¿Por qué no se dice que Telesur tiene prohibido emitir en USA o Colombia, sin que nadie les acuse de atentar contra la libertad de expresión?
¿Por qué solo se habla de la inseguridad de Venezuela, y nunca de los crímenes de los narcos mexicanos, de las ejecuciones de campesinos por parte de paramilitares y ejército colombianos, o de los periodistas asesinados en Honduras? ¿Por qué en estos países la responsabilidad de la violencia no recae en sus gobiernos?
¿Por qué nadie cuenta la trayectoria de Leopoldo López, encarcelado por alentar la violencia y el golpismo; ni se mencionan a sus valedores: el expresidente colombiano, Álvaro Uribe, enjuiciado por incontables crímenes; y EE.UU, que financia con millones de dólares a los opositores?
¿Es que acaso no es evidente la puesta en marcha de un golpe de estado, con todas sus fases de guerra económica, mediática y de violencia en las calles, para liquidar a un gobierno soberano que apuesta por el control estratégico de sus recursos naturales, frenando la voracidad de las trasnacionales; punta de lanza además de la unidad de Latinoamérica desde la cooperación y la solidaridad entre los pueblos?