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viernes, 26 de abril de 2024 01:32h.

Reconocimiento - por Isidro Santana León

isidro santana leónNo es encomio ni panegírico, sólo reconocimiento a la decencia, imparcialidad y profesionalidad

Reconocimiento - por Isidro Santana León *

No es encomio ni panegírico, sólo reconocimiento a la decencia, imparcialidad y profesionalidad

Quiero referirme a los periódicos y revistas digitales, especialmente a

 canarias-semanal.org lacasademitia.es canarias24horas.com elcanario.net 

quienes, al contrario de la prensa amarilla del sistema, que sólo le da pábulo a los políticos fosilizados en las poltronas desde el franquismo y el posfranquismo para que se publiciten, colaboren y suelten sus mentiras (a veces con sofismas, otras con engañosos juegos de palabras o galimatías y, cuando no, difundiendo y desorientando lo importante para solapar los grandes asuntos que atañen directamente al pueblo) poseen la riqueza moral –los periódicos arriba mencionados– de abrirle sus páginas también a los que ya tienen el púlpito oficial, dando ejemplo de lo que es hacer democracia y periodismo de altura. Por ello, tengo que reconocer que, gracias a esta prensa libre, los sin voz podemos llegar a una parte de la gente ávida de conocer otras versiones que contradigan el poder omnímodo de la prensa capitalista o al servicio de éste –sin censura ni tapujos–, para poder desmentir o dar otra visión y versión de lo que escriben los plumíferos mercenarios del régimen y las martingalas de los políticos de su cuerda.

Quizás a mí, como me han hecho tantos periódicos digitales –los oficiales ni pensarlos– que me censuran por el hecho de ser independentista (por lo visto en una colonia como Canarias se puede ser de todo, hasta corrupto empoderado e inmune, menos soberanista), estos periódicos, si fuesen iguales, habrían hecho lo mismo ya que el mentidero y la pudrición llega también a la prensa digital, pero muy al contrario, aunque no piensen o no sean independentistas como yo, han tenido el arrojo y el decoro de publicarme, hace ya unos cuantos años –no sin que existieran algunas presiones de los impresentables y reaccionarios que quieren ocupar todos los espacios de la opinión–, dando una lección de rectitud, moral y justicia a aquellos que no quieren que el pueblo lea sino lo que ellos diseñan, para así seguir manteniendo este cadáver nauseabundo que ya es hora de enterrar y en simbiosis nutrirse de la necrofagia existente.

Soy un independentista sin partido, librepensador, no me pagan por escribir, ni lo hago en una línea determinada, siendo casi en exclusivo esta prensa digna la que me ha dado la oportunidad de la libertad de expresión, que, por mi parte, no se trata de una cuestión der ego sino de una necesidad imperiosa de contribuir a desenmascarar esta metástasis social y política que la mayoría no entiende.

La pudrición de este sistema, que aparenta inquebrantable, se cae a cachos; por su evidente debilidad, ha sobornado o intimidado a los dueños endebles de muchos periódicos digitales, que creen hacer un periodismo comprometido y de equidad, siendo manifiesto que el sistema quiere estar presente en todo sitio para aparentar fortaleza y acallar a aquellos que le damos pequeños empujones y vemos que se tambalea.

Me consta que hay miedo de publicar la realidad de las colonias, pues la metrópoli, además de ser corrupta y muy perversa, no quiere dejar una posesión que le aporta pingues beneficios y rentas. Me consta, que algunos medios digitales que antes me publicaban dando el Do de Pecho, soltaron un gallo y se desinflaron bajo la presión y el miedo de sus amos del sistema: qué se les va a hacer, la mayoría quieren vestir la misma camiseta pero no todos son grandes jugadores. Si mañana mismo la prensa que ahora me publica dejara de hacerlo, sé que no lo haría por miedo, chantaje u otras situaciones que se salga del honor sino por alguna razón comprensible, y este que escribe siempre les quedará profundamente agradecido, más por nuestro pueblo que por mí.

* En La casa de mi tía por gentileza de isidro Santana León