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viernes, 17 de mayo de 2024 07:31h.

Sísifo hacía todo lo posible - por Adolfo Padrón

En la mitología griega Sísifo, tras desafiar a los dioses,  fue doblegado por Hermes y castigado  a elevar  una pesada roca hasta la cima de una montaña. Cada vez que conseguía llegar a la cúspide la piedra se precipitaba ladera abajo y Sísifo, era esa su condena, volvía afanosamente a reiniciar la sacrificada tarea. Sísifo “hacía todo lo posible”, pero su arranque formaba parte del propio castigo. No había logro alguno en la empresa encomendada,  ni final glorioso, ni recompensa, ni siquiera certeza de expiar  el pecado con el transcurso de un tiempo definido. Su propia voluntad se convirtió en la cadena que lo mantendría, reo y penitente, por los siglos de los siglos.  

Sísifo hacía todo lo posible - por Adolfo Padrón

En la mitología griega Sísifo, tras desafiar a los dioses,  fue doblegado por Hermes y castigado  a elevar  una pesada roca hasta la cima de una montaña. Cada vez que conseguía llegar a la cúspide la piedra se precipitaba ladera abajo y Sísifo, era esa su condena, volvía afanosamente a reiniciar la sacrificada tarea. Sísifo “hacía todo lo posible”, pero su arranque formaba parte del propio castigo. No había logro alguno en la empresa encomendada,  ni final glorioso, ni recompensa, ni siquiera certeza de expiar  el pecado con el transcurso de un tiempo definido. Su propia voluntad se convirtió en la cadena que lo mantendría, reo y penitente, por los siglos de los siglos.  

Rajoy pretende nuevamente “tranquilizarnos” escondiéndose detrás de palabras y locuciones huecas y en esta ocasión nos anuncia -con esa expresión característica de quien se siente encantado de conocerse- que “España hará todo lo posible para que Europa haga todo lo posible para que salgamos de una vez de la crisis”. Se muestra, como Sísifo, dispuesto a repetir “ad eternum” el mismo esquema fallido, sólo que en su caso,  lo hace delegando en el pueblo el transporte de la descomunal  carga –así resulta más fácil erigirse en personaje de leyenda- y en lugar de una piedra nos obliga a rodar una inmensa bola de nieve que crece exponencialmente, en volumen y en peso, con cada trayectoria de subida y de bajada.   

El tiempo y los hechos han venido demostrando que las medidas encomendadas a España por las estructuras financieras, tal y como ya ocurriera con otros estados de la unión y previamente en otros continentes,  nos inducen sin remedio, día tras día, a un ejercicio masoquista de auto-destrucción y nos invocan permanentemente al sacrificio sin control ni final aparente. Las “dolorosas, pero inevitablesmedidas de ajuste y reforma” defendidas por el gobierno Rajoy –recogiendo el testigo de Zapatero- lejos de paliar las amenazas de las estructuras mercantilistas y reconducir la grave situación económica, nos hunden en un pozo de arenas movedizas en el que cada respingo, cada intento de escapada, nos acercan más al fondo y nos alejan, irremediablemente, de la superficie.

Ni la salvaje reforma laboral –destinada a facilitar el despido gratuito,  a rebajar masivamente los salarios y a destruir el derecho laboral-, ni los recortes en los Servicios Públicos –cuyo objetivo, más que el ahorro en el gasto, es su propia degradación para preparar una posterior e intensiva privatización-, ni la subida de impuestos indirectos, ni los rescates bancarios, ni el repago sanitario y farmacéutico, ni el empobrecimiento generalizado, …,  han conseguido despejar el horizonte; muy por el contrario –ya resulta lógico para casi todo el mundo- la recesión crece, el paro aumenta vertiginosamente, la deuda se dispara hasta el punto de su insostenibilidad y los especuladores siguen apretando el nudo de la soga, en torno a nuestros cuellos, en forma de primas de riesgo.

Cada vez son más los analistas que advierten que la obsesión por la reducción del déficit nos conduce a un callejón sin salida y que cada nuevo movimiento que se da en este sentido resulta, “per se”,  una carrera  en dirección al abismo que, teóricamente, se pretende evitar.  “Haremos todo lo posible …”  se traduce  en una nueva “patada hacia adelante” a modo de más y redobladamente cruentos ataques a la ciudadanía. Las próximas medidas que acometerá este desgobierno serán, ya se presume, una brutal contracción de los Servicios Públicos y el despido de cientos de miles de sus empleados (se baraja un mínimo de 300.000), una nueva edición de reducciones salariales, la supresión o el reajuste de la prestación por desempleo (se pretende alterar las condiciones para su cobro a fin de rebajar el número de beneficiarios), la modificación del sistema de pensiones (congelaciones y nuevo endurecimiento de las condiciones para su cálculo a fin de reducir la cuantía), aniquilación de  la ley de dependencia, nuevas subidas de impuestos indirectos (acompañados, no hay vergüenza, de una ampliación de la amnistía fiscal para los defraudadores) y algunas otras, todavía mantenidas en secreto.

La bola que nos colocan amenaza con aplastarnos y engullirnos para seguir creciendo, ya con nosotros dentro.

Existe alternativa, sabemos que otro tipo de políticas no es que sean posibles, es que son absolutamente necesarias porque la dinámica actual no nos va a permitir levantar cabeza; sin embargo, necesitamos encontrar nuestra propia “partícula de Dios”, la que permita cimentar las energías dispersas y articular el programa común de la izquierda real, presentarlo de forma inteligible y aglutinar las esperanzas de esa inmensa mayoría que no quiere seguir subiendo a la montaña.

Canarias a 6 de junio de 2012

Adolfo Padrón Berriel

(Miembro de co.bas Canarias y de Canarias Por La Izquierda-Si Se Puede)