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viernes, 29 de marzo de 2024 08:39h.

"De aquí en adelante..." el mismo desastre - por Chema Tante

Clavijo y su tropa de la coalición llamada canaria, en esta campaña, se hacen los longuis, como si la desoladora situación que sufre el pueblo canario no fuera cosa suya. Prometen hacer borrón y cuenta nueva, como si ellas y ellos no hubieran estado también en estos gobiernos que nos han sumido en el barranco. Se comportan como el chiquillo mataperro, el marido bandido o el rey borbonero, que, cuando se les sorprende en sus respectivas ruindades, fingen hacer propósito de enmienda y proclaman que "no volverá a ocurrir" que "de aquí en adelante", van a practicar la bondad. Pero la madre, la esposa o el pueblo, en su hartura de tanta vagabundería, saben que no es así. Como el pueblo canario sabe que la coalición llamada canaria va a seguir con su actuación disparatada, que ha llevado a "nuestra gente", la nuestra, no la suya, a sufrir el paro, la miseria, el desamparo, el hambre que pretenden negar. Y, como este gentuallo se empeña en llamarme incoherente y en decir que solamente critico pero no propongo, aquí va, de nuevo mi diagnóstico y los remedios que planteo. Oído, Alberto Dieter:

"De aquí en adelante..." el mismo desastre - por Chema Tante

Clavijo y su tropa de la coalición llamada canaria, en esta campaña, se hacen los longuis, como si la desoladora situación que sufre el pueblo canario no fuera cosa suya. Prometen hacer borrón y cuenta nueva, como si ellas y ellos no hubieran estado también en estos gobiernos que nos han sumido en el barranco. Se comportan como el chiquillo mataperro, el marido bandido o el rey borbonero, que, cuando se les sorprende en sus respectivas ruindades, fingen hacer propósito de enmienda y proclaman que "no volverá a ocurrir" que "de aquí en adelante", van a practicar la bondad. Pero la madre, la esposa o el pueblo, en su hartura de tanta vagabundería, saben que no es así. Como el pueblo canario sabe que la coalición llamada canaria va a seguir con su actuación disparatada, que ha llevado a "nuestra gente", la nuestra, no la suya, a sufrir el paro, la miseria, el desamparo, el hambre que pretenden negar. Y, como este gentuallo se empeña en llamarme incoherente y en decir que solamente critico pero no propongo, aquí va, de nuevo mi diagnóstico y los remedios que planteo. Oído, Alberto Dieter:

El desastre económico y social que aflige al pueblo canario tiene su causa esencial en que el actual monocultivo, como ha sido siempre, históricamente, está aplicado siguiendo el mismo criterio ramplón: el de la vía más fácil, aunque esa vía no sea rentable y solamente dé beneficios para las empresas. De la misma manera que el plátano sirvió para enriquecer muchísimo al terrateniente y al intermediario, pero no al "pobre del campo", como decía la polca frutera sabandeña, el turismo no ofrece rentabilidad social. Solamente funciona para que las empresas -muchas de ellas foráneas, como ocurría con el plátano- se enriquezcan, lucrándose con el depredamiento de los recursos locales canarios.

El turismo continúa con la funesta costumbre de ser la única actividad económica de las islas, porque la coalición llamada canaria, con la ferviente colaboración pos turnos de los dos partidos hegemónicos españoles, no ha sido nunca capaz de diversificar esta atribulada economía. Y, siguiendo, como digo, la misma estrategia facilona, tira por la vía de la modalidad masiva. Se ha montado una sobredimensionada estructura alojativa que solamente puede alcanzar una limitada ocupación mediante la oferta de precios tirados, los más bajos del mercado. Los tecnócratas de la coalición llamada canaria, por ejemplo, el presidente adventicio del Cabildo de Tenerife, Carlos Alonso, o el próspero empresario, director de la red insular de municipios tinerfeña, Alebrto Dieter, me niegan estas dos afirmaciones; la de la limitada ocupación y la de los precios bajos, lanzándome a la cara supercheras estadísticas, cuya validez queda cuestionada por la simple observación directa de la realidad: cada vez que alguno de los destinos competidores sufre un siniestro, sea por conflicto violento o por catástrofe natural, los contingentes desviados de turistas obtienen inmediato acomodo en los hoteles de Canarias, porque siempre hay hueco. En Canarias no se sube del sesenta por ciento de ocupación, salvo en los momentos punta; navidades, semana santa, puentes largos. Y sobre el envilecimiento de los precios, no hay más que consultar la prensa especializada o revisar las ofertas publicitarias, para comprobar que a Canarias viene el turismo por unos pocos euros, en régimen de todo incluido. Una absoluta aberración en un destino que se soporta sobre un territorio alejado, limitado y ambientalmente frágil. Un destino que solamente debería funcionar en régimen de turismo selectivo, con estancias más largas, que justifiquen el coste económico y ecológico de los desplazamientos por avión. Un destino cuyos costes laborales deberían ser los de un país adelantado y al que se condena a competir con otros destinos con costes laborales del tercer mundo. Y, nótese que digo "deberían" ser, pero no lo son. Porque las empresas canarias, con la complaciente permisividad gubernamental, aplican el abuso laboral de facto, manteniendo plantillas de personal muy por debajo de lo razonable, obligando a su gente a trabajar más por menos dinero. Y esto lo afirmo y lo sostengo, por mucho que lo nieguen las empresas.

Para más tormento, el modelo facilón que se aplica en el turismo canario, de conseguir ocupación  con precios bajos no solamente tiene una repercusión negativa directa en el mercado de trabajo, sino también de manera indirecta, que impacta en toda la economía. El turismo canario no ejerce la función animadora transversal que debería ejercer sobre toda la actividad productiva del archipiélago, porque, como sus precios de miseria no dan para más, recurre a productos importados, de menos coste. Por eso el sector primario isleño se encuentra bajo mínimos. Por eso no hay manera de instalar aquí ningún tipo de industria manufacturera de bienes de consumo y uso para el turismo. Porque las empresas turísticas no compran absolutamente nada producido en Canarias, porque sus precios solamente les permiten cubrir sus beneficios. Y así, Canarias importa el noventa por ciento de todo lo que consumimos y utilizamos.

Con esto, el negocio turístico canario riza el rizo de la nula rentabilidad social. Porque todo lo que facturamos, todo lo que se gasta la gente que viene, sale, una vez descontado, eso sí, el beneficio empresarial, para fuera, para pagar las otras facturas, las que debemos por la importación de lo que les servimos al turismo y las del combustible fósil, que esa es otra, de la que ya hablaré, ahora mismito.

Que los esfuerzos para conseguir ocupación en Canarias son propios de una tienda de aceite y vinagre queda demostrado por lo que acabo de contar. Sin embargo, voy a ofrecer dos argumentos más. la obsesión por la reducción o anulación de las tasas aeroportuarias y por la llamada conectividad, estimular como sea a las líneas aéreas para que amplíen rutas con Canarias, que ofrezcan plazas, que bajen precios. Basar la atracción de demanda en la baja de unos pocos euros indica bien claramente que los precios son irrisorios. Y, si el destino Canarias fuera de verdad atractivo en los mercados de origen, no haría falta insistir sobre las compañías para que ofrezcan plazas. Ya lo harían ellas espontáneamente, para atender la demanda que se produjera. Porque esa es la desgracia de nuestro destino: que actuamos con la táctica equivocada de "empujar" nuestro producto en el canal, en lugar de conseguir que sea la demanda quen "tire" de él. Porque nuestra triste verdad es que a Canarias no viene el turismo por las estupendas condiciones que podríamos ofrecer, sino que viene porque nuestros precios son bajos o, de vez en cuando, porque la desgracia ajena obliga a los y las vacacionistas a cambiar sus planes.

Esa es la causa capital del paro en Canarias: que nuestra prácticamente única actividad económica esta gestionada de manera que solamente permite sostener los beneficios de las empresas, olvidando toda otra consideración social. En tiempos del crédito accesible, con la artificial bonanza, el turismo ofrecía el mismo trabajo que ahora. Era la construcción la que daba trabajo. Y, como vivíamos de construir el chiringuito, no de su explotación comercial, cuando se acabó la posibilidad de seguir construyendo, el empleo se desplomó. Y así sufrimos esta cruel realidad de que un tercio de nuestra población activa no trabaja y más de otro tercio trabaja, sí, pero en condiciones precarias, con malos salarios y peores condiciones laborales.

Y esto nos lleva a otras desgracias, todas ellas derivadas de la mentalidad de la coalición nada canaria así como la de sus socios alternativos, el partido que usurpa el digno apelativo de popular y el español que ha desertado de su condición primigenia socialista y obrera, que es la del apoyo desaforado a las empresas y a los intereses privados. Por una parte, el esperpento de la RIC. El gobierno canario nunca se ha preocupado -porque lo contrario supondría perjudicar a sus empresas amigas- de que quien se aproveche de la Reserva de Inversiones de Canarias cumpla con su obligación legal de "generar empleo y crear riqueza". Por otra parte, la pulsión privatizadora de hecho. Cuando el partido mal llamado popular empezó con sus andanzas de trasladar el negocio sanitario al sector privado, ya en Canarias los gobiernos de la coalición supuestamente canaria había consagrado la operación de la concertación, por la que todas las actividades sanitarias rentables se referían a clínicas particulares, en tanto que de lo que resultaba oneroso, se sigue ocupando el sistema público de salud. Dígase lo mismo, de la educación concertada. Y no hablemos del escándalo continuado, en la contratación de obra pública, que deshonra sistemáticamente lo legislado en la materia. Cada vez que se convoca un concurso público, corre por las islas el clamor "ya está dado, no vale la pena presentarse"

Por ese prurito tan habitual en la coalición nada canaria, que lleva el neoliberalismo en su columna vertebral, todos los supuestos esfuerzos por apoyar la contrucción de empleo se escachan porque solamente buscan beneficiar a las empresas. Se empeñan en la formación, cuando está demostrado que gozamos de las generaciones mejor preparadas de nuestra historia. (Otra cosa es que lancemos a las chicas y los chicos mejores a la emigración). Se empecinan en las exoneraciones fiscales y las subvenciones para la seguridad social, que solamente sirven para mejorar las cuentas de resultados de empresas que ya iban a contratar, de todas maneras. Porque esta neoliberal gente empresaria metida en política ignora, aunque lo sabe, que solamente emplea quien tiene algo en qué ocupar a quien contrata.

Y llegamos a otra de las barbaridades de gestión de estos gobiernos de la hidra tricéfala que ha gobernado Canarias durante siete lustros ya. La cuestión energética. La naturaleza y el avance tecnológico brindan a Canarias unas excepcionales posibilidades de aprovechar la energía del siglo XXI, las energías limpias. Por contar, hasta contamos con un estupendo nivel de conocimiento, al punto de que exportamos ese conocimiento; y profesionales de Canarias están asesorando proyectos por esos mundos de pa'fuera. La anécdota sangrante es que Navarra, cuando inició su andadura de impulso a renovables, acudió a Canarias en busca de asesoramiento técnico. Ahora. quince años más tarde, Navarra obtiene de fuentes limpias el 70 por ciento de su energía. Canarias, no pasa del cuatro por ciento. Pero los palanquines y las palanquinas de Cc, del PsoE y del Pp, siguen con la matraquilla del gas... No hay tiempo ni ganas para seguir con un tema, que ya de por sí constituye un caso de lesa canariedad.

A todas estas, la tropa de la coalición empresaria apela a las manidas explicaciones, para justificar su colosal fracaso, que ha colocado, según el tópico siempre vigente, a Canarias "a la cola de todo lo bueno, en cabeza de todo lo malo". Dice esta insalla que las causas están en la sevicia del gobierno de España -cosa que es cierta- y en la llamada "crisis global" -que aunque no sea más que una depresión inducida, es también cierto- Pero no dice esta cuadrilla  que esas circunstancias -las maldades del gobierno de allá, la llamada crisis- ya existían, cuando coalición canaria, con Paulino a la cabeza se empeñó en gobernar, a pesar de haber perdido las elecciones. Aunque no le votara más que el quince por ciento del electorado (quien no vota, también existe y a quien no le reconocen su voto, igual, por mucho que lo ignore la ley mauriciana), lo cierto es que quien llega al gobierno, asume una responsabilidad. Que es luchar y solucionar los problemas, no enunciarlos, para justificar su fracaso. 

Un fracaso que se demuestra por los resultados. La coalición llamada canaria se comporta como el equipo gestor de una empresa que se encara con los y las accionistas y les dice: "Lo hemos hecho estupendamente. Hemos perdido, eso sí, una tonga de millones, hemos tenido que despedir a una pila de gente. Pero no se preocupen ustedes, porque aquí tenemos un montón de proyectos, para seguir haciendo lo mismo que hasta ahora".

Ahora vienen las nuevas -dicen- olas de coalición, diciendo "De aquí en adelante..." como si lo de hsta ahora no fuera culpa suya. Pero Clavijo, Ruano, Alonso, Julios, Valido, Castro, Bermúdez, Díaz, Becerra y la larga lista subsiguiente, hasta llegar a Alberto Dieter, no son nada nuevo. Esta gente ha estado ahí, ejecutando y validando, por acción, sin omisión, las mismas políticas que nos han sumido en la desgracia.

Esta gente es la que "De aquí en adelante..." nos proponen una versión no corregida, pero sí aumentada de estos criterios nefastos: eliminar la COTMAC, dar manos libres a las empresas, más construcción, más plazas hoteleras, simplificación de trámites aduaneros (o sea, más importación, más especies invasoras, más epidemías agrícolas), gas, puertos, trenes, terminales aéreas, la RIC invertida fuera de las islas o en Bonos públicos, fastos, boatos... y turismo de alpargata al que alimentaremos con comida importada, mientras nuestra gente agricultora y ganadera se muere de asco, mientras "nuestra gente" se muere desamparada.

 "De aquí en adelante..." al final, les traiciona el subconsciente y reconocen "Fuerza renovada"... a menos que les paremos los pies.

Ahora vendrán los meritorios y las meritorias de la coalición empresaria ha llamarme incoherente, a decir que lo que afirmo es falso. Pero no entrarán a rebatir ni uno solo de mis argumentos, más allá de decir que no los tengo. Pobres.