Ya no es pòr republicanismo, es por vergüenza, ajena y propia. Pero no pasa nada. Ya podemos los medios alternativos y los revoltosos desgañitarnos gritando las vergüenzas y miserias de esta familia real que detenta (en la plena acepción del término) la Jefatura de este Estado, por la desgracia heredada del sanguinario dictador. Ya puede la prensa internacional descuajerinarse de la risa por el bochorno de unos pueblos que sufren el saqueo secular de una familia de truhanes y truhanas. No pasa nada. El Gobierno, sea "progresista" o abiertamente medieval, mira para otro lado, la Justicia y el Parlamento bicameral sigue con sus cosas pero nadie se atreve ni siquiera a asumir que "investigación" e inviolabilidad" no son sinónimos. Que, por mucho que esta Constitución obtusa conceda la impunidad a unos sujetos deleznables, nadie puede prohibir ni prohíbe que se investiguen los hechos. Si luego el caco y el putero sigue feliz y campante sin que nadie le pueda poner los puntos, al menos la gente, de este reino de Felipe el último y de todo el mundo, sabrá qué clase de Corte de los Milagros lleva siglos con el fondillo en el Trono. Por lo menos que se sepa. El editorial de CTXT lo deja bastante claro. Los monarcas, la Casa Real de este reino donde el sol se pone por La Zarzuela, está a la altura de los de Arabia saudí y similares. El editorial lo señala el coherente veterano militante socialista Antonio Aguado