GAZA

En el Día Internacional de Solidaridad con el Pueblo Palestino (29N)

Francisco Morote, presidente honorario de Attac Canarias

Con el telón de fondo del inexorable cambio climático, la humanidad sigue escribiendo su trágica historia. Repitiendo los mismos errores de violencia sangrienta que los humanos del pasado, remoto y reciente. Qué aprecio tan escaso por la paz, qué confianza homicida en el poder de la fuerza, qué desprecio tan inmoral por las vidas ajenas, incluidas las de las personas más inocentes, mujeres y niños. Qué ejercicio de hipocresía y doble vara de medir está ofreciendo al mundo el supuesto autocomplaciente faro civilizatorio occidental. Cuán fácilmente sus medios de comunicación omnipresentes dan una visión sesgada, parcial de los conflictos que azotan a la humanidad doliente de tantos pueblos que van siendo atropellados por la distopía capitalista, distopía que destruye la naturaleza y tritura a sociedades y pueblos enteros en beneficio, tan solo, de una élites mundiales, cuyos  valores están en las bolsas y cuyos paraísos más amados son los paraísos fiscales.

La tragedia de Gaza ( y Cisjordania) una suma incesante de palestinos asesinados por el ejército de Israel, niños y mujeres en una proporción insoportable, ni siquiera merecen la condena sin paliativos de los gobiernos occidentales. El término "Carnicero de Gaza", sobradamente merecido por Netanyahu, está en la mente horrorizada de todos los ciudadanos que ven el mundo sin velos ni tapujos mediáticos, pero los medios occidentales permanecen mudos y ciegos ante un genocidio que Israel  no podría perpetrar sin el consentimiento cómplice de Estados Unidos y numerosos estados europeos. Pese a todo, prodigios de la conciencia, muchos judíos no sionistas, en Israel  y  fuera de Israel y a los que nadie podrá tildar de antisemitas, condenan sin atenuantes la masacre de vidas palestinas. Por mi parte, yo, sencillamente, uno mi voz a la de ellos.

En cuanto a la muerte de judios inocentes en la acción de Hamas del pasado 7 de octubre la condeno también sin ningún tipo de reservas. Dice el gobierno de Israel que Hamas constituye una amenaza para el estado de Israel. Por expresarlo en términos bíblicos, para amenaza, la del estado de Israel para el pueblo palestino, los sionistas ven la paja en el ojo ajeno, pero no ven la viga, que ellos representan, en el ojo propio. Será por aquello que decía el actor y Embajador de buena voluntad de Unicef Peter Ustinov: "El terrorismo es la guerra de los pobres, la guerra es el terrorismo de los ricos".

Para refrescar la memoria y recordar al menos la parte más reciente de este conflicto, que dura ya más de 75 años, les recomiendo de nuevo la lectura del libro de José Abu Tarbush e Isaías Barreñada: "Palestina.  De los acuerdos de Oslo al apartheid".

 

Palestina

De los acuerdos de Oslo al apartheid

José Abu-Tarbush, Isaías Barreñada

Al cumplirse tres décadas de la firma de los Acuerdos de Oslo, la situación humana y política de los territorios palestinos ha empeorado considerablemente.

El 13 de septiembre de 1993 se firmaba la Declaración de Principios entre la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) e Israel, conocida más genéricamente como los Acuerdos de Oslo. Tres décadas después, la situación humana y política de los territorios palestinos está considerablemente peor que antes. Lejos de las expectativas suscitadas entonces, se ha ampliado la ocupación, reforzado la dependencia palestina de Israel y eliminado la posibilidad de un Estado palestino viable. Pese a los avances de la cuestión de Palestina en la esfera internacional, no existe ninguna iniciativa ni compromiso internacional significativo que abogue por su defensa de manera efectiva. Por el contrario, se observa un palpable abandono de los esfuerzos políticos y diplomáticos en esa dirección entre las grandes potencias mundiales, regionales e, incluso, Estados árabes. Nada de esto excusa la excepcionalidad israelí como expresión de un arcaico, ilegal e inmoral colonialismo de asentamiento y régimen de apartheid. La pasividad o la neutralidad no son más que expresiones de complicidad ante situaciones de injusticia.

 

 

 

 

José Abu-Tarbush es profesor de Sociología de las Relaciones Internacionales en la Universidad de La Laguna. 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Isaías Barreñada es profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Complutense de Madrid.

 

 

 

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* Gracias Francisco Morote