El genuflexo Clavijo se retrata, con los nuevos nombramientos para su gobierno - por Chema Tante
Barragán, Baltar, Valido y Rodríguez, cuatro transubstanciaciones del genuflexo Clavijo
Zafiedad, ineficacia, oportunismo y codicia, son cuatro características que definen a la perfección, tanto la personalidad del genuflexo Clavijo, como, es lógico, a su gobierno.
El genuflexo Clavijo se retrata, con los nuevos nombramientos para su gobierno - por Chema Tante
Zafiedad, ineficacia, oportunismo y codicia, son cuatro características que definen a la perfección, la personalidad del genuflexo Clavijo, y -como es lógico- a su gobierno.
Y, cuando ha tenido -está privado por ello- que nombrar a gente para las consejerías que dejó vacuas con su desahucio a la tropa psociata, el genuflexo Clavijo ha aprovechado para dejar claro cómo es él y acentuar que su gobierno es una prolongación de sí mismo. Ha nombrado a cuatro figuras, a imagen y semejanza suya.
La zafiedad, representada por un tipo que mangonea la coalición poco canaria con manos que deberían usar calcetines. José Manuel Barragán, la chabacanería andante, a quién no se escucha jamás un razonamiento sensato, un criterio destacable. Un tipo del que no se conoce una sola actuación política coherente.
La ineficacia, que encarna con esplendor una mujer que lleva años metida en esta inane brega del empleo canario. Véanse los datos de paro en Tenerife, isla en la que Cristina Valido ha ocupado, con resultados deplorables, la misma consejería con que ahora la distingue el genuflexo Clavijo. Cristina es una tecnócrata que sigue al pie de la letra y del espíritu los conceptos de su hasta ahora jefe Alonso: lo que interesa son los rimbombantes nombres de los proyectos, las faramalleras descripciones, para adobar sus intervenciones públicas. Los resultados, esos no importan para nada. Tenerife, como Canarias toda, sigue sin poder dar ocupación a su gente, mientras cuenta por decenas de millones las manadas de turistas que recibe.
El oportunismo, encarnado en un diputado por una isla en la que su partido no tiene ni presencia ni sustancia. Pablo Rodríguez un tipo de Gran Canaria que se ha aprovechado de la obtusa ley electoral para obtener un escaño para el que las urnas, en términos objetivos, no le habían llamado. Un tipo que siguió en un partido sin militancia ni simpatía, con el único propósito de prosperar en política. El oportunismo sin contenido democrático ninguno, como todo un gobierno que se mantiene con un parco 18 % de respaldo en votos.
Y la codicia. Ah, la codicia, el signo paradigmático de lo que es el genuflexo Clavijo, y de cómo es su gobierno. Todas y cada una de sus meditadas acciones están motivadas por la miserable avidez del genuflexo Clavijo. Y por eso, ha escogido, para dirigir la sanidad pública de estas desafortunadas islas, a un profesional de la sanidad privada. José Manuel Baltar, un comercial, que ha dedicado su vida laboral al negocio de la salud. El fulano que tiene una calculadora por cerebro, que largó la patujada aquella de que "Con 16 millones se soluciona la lista de espera" Un sujeto que impregnará sin duda al sistema público sanitario canario de los conceptos economicistas del negocio privado. La calidad de la atención, el tratamiento a pacientes, la curación, quedan atrás. Lo que merece la pena es la pasta. La gente, que se jeringue.
Achamán nos asista.
Lo escribió y lo mantiene, Chema Tante