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lunes, 13 de mayo de 2024 11:06h.

Acoso laboral, acoso sexual... acoso frecuente- por Chema Tante

La extorsión tolerada. La opinión publica se ha alzado de justa indignación, ante el desamparo que el ministro mercader de armas Morenes, denunciado por una oficla del ejército que tuvo la valentía de no aceptar un acoso seXual por parte de un superior. Pero que la ha conducido a sufrir. correlativamente, un acoso laboral generalizado. El oficial acosador prepotente fue condenado, sí. Pero la oficial acosada ha recibido otro acoso, éste laboral. Acoso sobre acoso. Este epidio indignante, creo yo, debe conducir a un análisis más detenido. Porque no es excepcional. Ni en el ejército, ni en las empresas, privadas o públicas.

La extorsión tolerada. La opinión publica se ha alzado de justa indignación, ante el desamparo que el ministro mercader de armas Morenes, denunciado por una oficla del ejército que tuvo la valentía de no aceptar un acoso seXual por parte de un superior. Pero que la ha conducido a sufrir. correlativamente, un acoso laboral generalizado. El oficial acosador prepotente fue condenado, sí. Pero la oficial acosada ha recibido otro acoso, éste laboral. Acoso sobre acoso. Este epidio indignante, creo yo, debe conducir a un análisis más detenido. Porque no es excepcional. Ni en el ejército, ni en las empresas, privadas o públicas.

Admitiré que no estén generalizadas las prácticas de acoso sexual en el ejército. Pero sostengo que este caso, de la oficial Zaida Cantero no puede ser, ni mucho menos, único. La ahora comandante Cantero ha tenido el valor de denunciar. Sin embargo, es imposible conocer cuántas mujeres y hombres, en todos los ámbitos laborales, civiles o militares, están aceptando o rechazando los requerimientos sexuales, pero no se atreven a denunciarlos. Y es imposible saber cuántas personas está sufriendo vejaciones y abusos en su trabajo, de todo tipo, pero pasan por el aro, porque la reforma laboral y las políticas neoliberales de austeridad se asocian con el autoritarismo para colocar a las personas en situación de indefensión ante los abusos de poder. El corportaivismo y las políticas de manos libres para las empresas también en cuestiones laborales, permiten a los superiores desaprensivos aplicar el chantaje sobre sus inferiores. Solamente los valores morales impiden que esto sea generalizado, pero no consiguen eliminar a las manzanas podridas.

Tanto en las fuerzas armadas como en las empresas, públicas o privadas, los resortes de la autoridad permiten que los superiores acosen a sus inferiores. Aterra pensar qué estará pasando con esos chicos y esas chicas que llegan al ejercito como una salida al desempleo. De la misma manera que aterra pensar en la cantidad de gente que, en las empresas privadas, o en la administración pública, se encuentra en la tesitura de aceptar -o como mal menor, callar- ante el acoso, porque la aternativa es el entorpecimiento de sus carreras o el despìdo, el paro, la indigencia.

Creo que el caso de Zaida es muy grave, en dos vertientes. Esta mujer valerosa ha sido capaz de enfrentarse al poder, y no ha dejado de ser castigada injustamente por ello, sin que haya recibido el amparo que pedía . Y, sobre todo, este caso es una prueba clarísima de lo que sucede cuando el autoritarismo se impone. 

No. Zaida no es la única. Estoy seguro. Porque, como el acoso es posible, está ocurriendo. Y, mientras las personas acosadas no tengan la seguridad de que sus denuncias, no solamente serán atendidas, sino que, además, no le acarrearán represalias, seguirán ocurriendo.