"Dar la mano", se titula la proclamación de buenas maneras mal entendidas de Juan Cruz. Yo siempre he deplorado que este hombre haya desbaratado su indudable capacidad intelectual y sus conocimientos literarios y se haya dedicado a medrar apoyándose en el prójimo, practicando el sonrojante procedimientos de la adulación. Pero esta vez, el tipo se ha superado a sí mismo. 

JUan Cruz pretende que la gente le dé la mano a quienes les están arrebatando los derechos y les condenan a la esclavitud o al hambre. 

Recordar las buenas maneras que su madre le recomendaba, para afaer la noble actitud de unas y unos estudiantes brillantes que la aplicaron el desprecio al destructor de la educación pública llamado Wert, es demostrar que Juan cruz no se ha enterado de que es estos momentos se está arrojando del sistema universitario a toda persona que no tenga dinero. Con ello, Juan Cruz se alinea con quienes pretenden, y de momento, lo han conseguido, que solamente los de arriba puedan estudiar. Juan Cruz se desentiende de la gente a la que le están negando las becas, de la gente a la que les han subido estrepitosamente las tasas y, con ello, a la gente que está siendo expulsada de la Universidad, más la otra multitud que jamás tendrña oportunidad de seguir estudiso superiores.

Una vez más, Juan Cruz mira más hacia sus intereses personales que hacia la justicia y se preocupa de quedar bien con el vencedor. Qué vergüenza.

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