Buscar
viernes, 26 de abril de 2024 01:32h.

Perturbaciones agüimenses - por Nicolás Guerra Aguiar




Nicolás Guerra comenta lo sucedido la noche de fin de año en Agüimes

La población de Agüimes confirmó la noche del 31 de diciembre su respetuoso, civilizado y relajado comportamiento a pesar de que los cuatro policías municipales responsables de ese turno habían presentado oficiales partes de baja médica al atardecer, curiosamente. Así, el municipio estuvo desprotegido (agentes locales) desde las 23 horas hasta las 7 de la mañana, momento en que entró de servicio el siguiente turno.

No obstante, la Guardia Civil cumplió su trabajo de vigilancia con rigor profesional y sin mayores problemas a pesar de la fecha, propicia para desajustes juveniles inherentes a la edad. Porque, para acción violenta, la que narra el romance sobre un crimen -“En el Ingenio de Agüimes / noche de la Candelaria”-, composición poética recuperada por el doctor Trapero, quizás anterior al siglo pasado, pues Ingenio se separa de Agüimes en 1819.

Los cuatro policías locales del servicio nocturno presentan, pues, sus certificados de incapacidad laboral transitoria aunque no supe las razones clínicas, toda vez que en tres intentos de comunicación con sus representantes sindicales a lo largo de casi dos meses nada logré: el silencio fue su respuesta, a diferencia de la policía municipal de Santa Brígida, con cuyos enlaces hablé a las dos horas de mi llamada para otro artículo.

Por supuesto, mi máximo respeto a tales decisiones, no faltaba más. Y aunque no tiene ninguna obligación, lo cierto es que no capto por qué un colectivo como el de la policía municipal agüimense se niega a la palabra oral y al diálogo sereno con quien solo pretendía conocer también sus razones, pues el aparente enfrentamiento con el Gobierno municipal quizás confunda a casi treinta mil ciudadanos ajenos a desavenencias internas, muchos de los cuales pagan sus impuestos municipales y, por tanto, tienen derecho a la calidad en el servicio.

Aun así, estoy seguro de que la policía municipal agüimense ha de tener explicaciones para las supuestas posturas contrarias al Ayuntamiento. Y no pueden ser un capricho, una veleidad, algo etéreo. Porque las del Gobierno municipal sí me las explicó el señor concejal de Seguridad Ciudadana, Régimen Interior y Personal, con quien hablé durante una hora (lo mismo me pasó con el señor concejal de Seguridad de Santa Brígida). Y aunque las entendí, ni las apoyo ni las rechazo, lo importante no es mi postura.

Sí, hay conflicto entre el Ayuntamiento agüimense y su policía municipal, al menos fue mi conclusión. Mas tampoco se trata de nada nuevo, pues desavenencias entre dos partes de la propia estructura gubernativa surgen todos los días, y por eso se negocia, las partes contendientes no pueden (funcionarios uniformados y gobernantes, en este caso) imponer sus criterios sobre el contrario. Y cuando se trata de dineros, unos reclaman lo que consideran justo y otros tienen la obligación de ajustarse a las realidades, por más que los primeros –agentes municipales- mantienen ciertas diferencias económicas frente a otros de su misma categoría, aunque con funciones distintas.

Bien es cierto que el orden de trabajo de este sector funcionarial le corresponde marcarlo, dentro de la más absoluta legalidad, a los responsables políticos que la voluntad popular eligió en las urnas. Y si, por ejemplo, ellos estiman como prudentes algunas reestructuraciones para un mejor servicio a los ciudadanos, obviamente las proponen, y se discuten. Pero si no llegan a acuerdos, y el derecho lo permite, el grupo de Gobierno impone, es su obligación gobernar.

Así, por ejemplo, parece que para aquella noche del 31 consideró suficiente la presencia de cuatro policías municipales, pues la Guardia Civil reforzaba. Por eso no aceptó la inclusión de refuerzos nocturnos, pues tendría que pagar 280 € por cada agente suplementario. Pero hete aquí que del 31 al 1 no hubo servicio de la policía municipal, como dije antes, ya que los cuatro estaban con legítima baja médica a las diez de la noche.

Quizás sus compañeros de Santa Lucía e Ingenio cobran más, no lo sé, no pude contrastarlo. No obstante, estoy seguro de que en otros municipios canarios cobran menos, depende de posibilidades económicas. Pero sí es cierto que en el pleno extraordinario del 23 de diciembre el Ayuntamiento decreta –impone- los servicios para el 2012 y deroga aspectos anteriores porque, explica, pretende controlar el absentismo. Así, primará la asistencia al trabajo (2.400 horas por bajas no se cubrieron) y recompensará los complementos específicos (nocturnidad, atestados, urbanismo…) según la actividad realizada.

Los poetas a veces dicen verdades aunque tengan que renunciar a embellecimientos estéticos del poema. Por eso, cuando Blas de Otero dejó de lado metáforas, símbolos, elementos decorativos y, así, definitivamente cantó para al hombre, dejó claro que siempre, siempre, a pesar de todo, queda la palabra. Y el uso sereno, relajado y distendido de ella, si se quiere, puede conseguir la comunicación rota o, al menos, distanciada. Porque detrás de todo, y de todos, están los ciudadanos a los que deben servir las Administraciones y los policías municipales, con mis respetos a razonadas discrepancias que no son de ideas sino –tal vez- de procedimientos o posicionamientos. Pero algo sí es indiscutible: cualquier Gobierno democrático tiene que gobernar en nombre del pueblo. Y si es injusto, debe ser denunciado.

http://www.canariasinvestiga.org/perturbaciones-en-ag-imes