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viernes, 26 de abril de 2024 02:59h.

Tindaya: Monumento a la intolerancia (Sofía Feith)

Ya me decía Juan García Luján que Sofía Feith es una maravilla. Hace falta tener los pies y la mente muy metidas en la realidad y la memoria canarias para producir este texto que la mujer incorpora al clamor general en defensa, no solamente de la Montaña de Tindaya, sino también de los valores que ella representa.

Hace falta, digo, tener un alma muy canaria, y un alma muy humana. Sofía toma para su arguemento nada menos que el desborrifamiento que la intolerancia dela expansión europea pretendidamente "civilizadora" hizo de una multitud de valores culturales, por todo el mundo. Con la espada y la cruz, aquella horda mimetizó los patrones de relación social y de conducta de muchos pueblos. Lo que hace sentir "a través de la naturaleza, el arte, la generosidad, el amor, que somos parte de algo más grande". Aquello de lo que solamente quedan vestigios, en mayor o menor grado, según haya sido la capacidad de resistencia en cada sitio.

Esa es la historia cultural también de Canarias que no cesa, como nos recuerda Sofía, de encajar agresiones a sus valores culturales. Y eso es lo que está ocurriendo con Tindaya. 

Y no puedo resistirme a la tentación de reproducir la perla con la que Sofía remata un texto brillante:

"En Canarias se decía antes de la Conquista que se podía ver los espiritus de los antepasados ciertos días como nubecitas en la orilla del mar. A lo mejor si se mira fijamente al agua uno de esos días se los puede ver. Si todavía siguen por allí. Si no es que lo que se ve es un barco perforador y una gran mancha negra, claro."

Cálate esa, Paulino. Y: ¡muchas gracias, Sofía!

http://sofiafeith.wordpress.com/2014/12/07/tindaya-monumento-a-la-intolerancia/