El Tribunal Supremo confirma las trampas electorales de Ignacio González en la Cámara de Comercio de Tenerife
Este tipo hizo trampas. Y quien hace trampas, es un tramposo. Creo que hay que asociar esta noticia con la reciente dimisión de Ignacio González, pocos días antes de que se conociera esta sentencia que lo somete a la vergüenza pública. Y, también, con la compra de los terrenos de las Teresitas, qué casualidad, poco antes de que se conociera aquella otras sentencia del Supremo que los reconocía como edificables. Parece que Ignacio González tiene acceso previo y privilegiado a las sentencias del alto Tribunal.
Esta sentencia confirma que en aquellas elecciones camerales, 3.500 votos salieron de cuatro empresas relacionadas con el tramposo Ignacio Gonzales. Aunque también reconoce que esos votos no hubieran modificado el resultado, por lo que confirma el nombramiento de ese sujeto indigno a la presidencia de la Cámara de Comercio de Tenerife. No discutiré los razonamiento jurídicos de sus señorías integrantes del Tribunal Supremo, pero confieso que no comparto en absoluto sus criterios morales. Quien hace trampas y no respeta las normas es un pillo y no merecería ser proclamado para un cargo, por muchos votos que obtenga.
Pero lo que yo creo que debe airearse es la catadura de este tipo, que funciona, en los ámbitos institucionales, mercatiles. jurídicos, a base de artimañas y trapisondas y luego pasea su patriarcal figuna por las calles de Canarias, como si fuera la honorable persona que sin duda no es. Yo espero que a partir de ahora la gente le haga conocer el desprecio que deben inspirar los golfos. Por mucha corbata que se gaste.