En ocasiones, la actualidad prima sobre la importancia de los contenidos, a la hora de seleccionar temas para destacar. Esto me ha pasado con un muy valioso artículo de Enrique Bethencourt en CANARIAS 7. El texto establece una ingeniosa analogía entre el celebrado "problema del 3 per cent" con el que Maragall vituperaba a la corrupción en Cataluña y la bastante menos celebrada barrera del 3 por ciento con el que el ciudadanero Rivera pretende colocar un cortafuego a los partidos territoriales. Sobre esta cuestión, yo Chema Tante, solamente puntualizaré que la Corrupción Canaria (y dispensen la manera de señalar) establece su tarifa porcentual en un veinte por ciento. Sin duda, porque es más sencillo de calcular... Pero tengo otra observación que hacer, al hilo de lo que nos cuenta Enrique. Nos privamos ahora de que el sentimiento indetitario sigue siendo predominante en nuestra desgraciada Canarias. Pero lo cierto es que ese sentimiento va proa al marisco. Ahora, un parvo 6 % tenemos conciencia de ser solamente canarios o canarias- No hace tanto tiempo, esa proporción alcanzaba a un tercio de nuestra gente. Tras siete lustros de gobiernos sedicentemente nacionalistas, la proporción soberanista se ha riscado...
Esta visita de M. Rajoy a Argentina tiene mucho que rascar, que es lo que hace Walter C. Medina, desde NUEVA TRIBUNA. En efecto, los pueblos que sufrimos en el estado español y el pueblo argentino tenemos una fuerte relación de afecto. Pero es un afecto distinto que el que se profesan ese par de reptiles neoliberales, que no representan a nadie.A M. Rajoy y Macri lo que les une d verdad es su común querencia por la pasta. Y estas visitas, en las que ambos bribones no buscan el provecho recíproco, sino el abuso de la otra parte, chocan con esa contradicción de estar intentando atraer inversiones, cuando quienes tienen las perras prefieren mandarlas para las Islas Tortuga fiscales.,
-¡Caminen putas marimachas! ¡Rojas de mierda! –Bramaba el jefe requeté, Sebastián Jiménez Sánchez mientras llevaban a las dos muchachas rapadas, encadenadas por el cuello, destrozadas por la tortura y la violación múltiple al pozo de la finca de Los Betancores en Los Giles-